Enfermedad de la vejiga natatoria en peces – Causas, síntomas y cómo tratarla

El trastorno de la vejiga natatoria se relaciona con un conjunto de problemas, tales como anomalías físicas, factores mecánicos, ambientales o razones que hasta la actualidad no se ha podido diagnosticar, y por ende, lastiman a la vejiga natatoria. Aunque es común en los peces de colores como el pez payaso y los peces bettas, puede afectar a casi todas las especies de peces, y más a los de peceras o acuarios.

¿Qué es lo que provoca que un pez sufra de vejiga nataroria?

No existe una sola causa en particular que provoque este trastorno, aun así, implica una hinchazón del estómago debido a la rapidez con que se come, al excesivo consumo de alimentos, al estreñimiento y a la ingestión de aire, lo que se piensa que ocurre con los alimentos flotantes. De hecho, la alimentación con copos liofilizados o secos que se expanden al mojarse también puede provocar un agrandamiento del estómago o del tracto intestinal.

Cabe de destacar que en función de la causa, los trastornos de la vejiga natatoria pueden ser temporales o permanentes, y estos se dividen en los peces con flotabilidad positiva y negativa, además de los casos especiales donde la capacidad de natación se ve comprometida.

¿Cuáles son los síntomas que se presentan en los casos de vejiga natatoria?

Los peces que la padecen muestran dificultades sobre todo con la flotabilidad, incluidos el hundimiento en el fondo, la flotación en la parte superior de la pecera o acuario, boca abajo, de lado, o finalmente, la dificultad para mantener una posición normal. Lo que se resume que su síntoma más notorio son las dificultades para controlar su capacidad de flotar o hundirse.

También cabe la posibilidad de que existan otros signos físicos, como un vientre distendido o un respaldo curvado. Los peces perjudicados pueden comer con regularidad o incluso carecer de apetito. En caso de que existan problemas graves de flotabilidad, es posible que el pez no pueda alimentarse con normalidad o incluso llegar a la superficie del agua.

En otras de las posibles causas figura la baja temperatura, la cual podría enlentecer el proceso digestivo u órganos abdominales que pueden agrandarse, y provocar de esta forma, el consiguiente ensanchamiento del tracto gastrointestinal que ejercería presión sobre la vejiga natatoria.

Los quistes en los riñones, los acúmulos de grasa en el hígado o la puesta de huevos en las hembras son factores que pueden influir en la vejiga natatoria. Los parásitos o las infecciones bacterianas suelen inflamar este órgano. En ocasiones, un fuerte golpe al impactar con un objeto en la pecera o acuario, una pelea o una caída pueden dañar la vejiga natatoria.

O se puede dar el caso que los peces vengan con alguna anomalía desde su nacimiento, lo que perjudican a la vejiga natatoria, aquí es obvio que los síntomas suelen aparecer desde temprana edad.

¿En qué consiste el tratamiento contra la vejiga natatoria?

En primera instancia se tiene que aunque el trastorno de la vejiga natatoria sea permanente, el pez afectado todavía puede disfrutar de una vida plena y feliz, claro está, con ciertas modificaciones en su modo habitual de vida.

En el caso de peces con trastorno de flotabilidad positiva, parte del cuerpo siempre va a permanecer mucho tiempo sobre la superficie del agua, por lo que es necesario conservar su piel hidratada, no por ello va a tratar de mantener a los peces sumergidos cubriendo la parte superior de la pecera o acuario ya que no es para nada recomendable porque podría hacer que disminuya la difusión de oxígeno.

En este caso, debe acudir con su veterinario de confianza para que le prescriba las cremas que estén permitidas aplicárseles a ellos, con el propósito de ayudar a proteger la piel del aire exterior.

Mientras que los peces con los trastornos de flotabilidad negativa, es decir, cuando permanece mucho tiempo cerca del fondo ya sea sobre su costado, vientre o cabeza, tendrán que ser tratados con un sustrato limpio y no abrasivo, como las piedras de vidrio. Es imprescindible que estas peceras o acuarios se conserven muy aseadas.

En este sentido, si se cree que la causa del trastorno de la vejiga natatoria de un pez es una infección, el tratamiento consistiría en la prescripción de un antibiótico de amplio espectro, y para ello deberá acudir al veterinario.

Los peces que adquieran cualquier trastorno de la flotabilidad, se le tendrá que incluir la alimentación manual, en este proceso se debe ser paciente e ir probando en primer lugar con algunos bocados apetitosos, como pequeños trozos de gamba. Una vez acostumbrados y habituados pueden volverla su dieta habitual, a decir verdad, los peces son inteligentes y se adaptarán rápidamente a la nueva rutina.

Al momento de alimentarlos con la mano, no es aconsejable que se les agarre sino que es mejor optar por acercarles la comida en una posición factible para ellos. Se hace importante destacar que lamentablemente en muchos casos de trastornos de la vejiga natatoria, los peces no responden al tratamiento, por lo que si no se recupera en un periodo razonable, la solución más viable puede ser la eutanasia.

¿Cómo podemos prevenir que un pez tenga vejiga natatoria?

En lo referente a los peces, siempre se considera fundamental la prevención pues en estas especies es difícil aplicar tratamientos que resulten funcionales o que se consiga una cura definitiva, por ello, es mejor evitarlas, proveyéndoles las mejores condiciones tanto en su hábitat y entorno, como en la alimentación, limpieza y compañeros, para evitar la vulnerabilidad en cada uno de ellos.

Ahora bien, se debe mantener una adecuada limpieza, pH, aireación, oxigeno del agua en la pecera o acuario, así como también realizar con regularidad los cambios del agua. Es importante adecuar la temperatura con tendencias un poco más alta, para así, facilitar la digestión y erradicar a probabilidad de estreñimiento.

Averiguar la alimentación correcta para el tipo de pez que conserva, dándole solo los de buena calidad y con alto contenido nutricional, en dado caso que le quiera suministrar alimento seco, considere la opción de humedecerlos con anterioridad, si son congelados, descongélelos antes de introducirlos en la pecera o acuario. No les sobrepase la cantidad de comida que son capaces de digerir, por ello debe evitar a toda costa la sobrealimentación.

Si observa que su pez que empieza a tener problemas de nado, lo primero que debe comprobar es la calidad del agua. En el momento en que el problema de flotabilidad persiste, consulte a su veterinario para que le ayude a realizar una radiografía y así verificar la vejiga natatoria.

¿Qué otras enfermedades es común que se presenten en los peces de acuario?

La mayoría de los organismos vivos, implícitos incluso los peces de acuario, están a merced de los factores que provocan afectaciones. En condiciones óptimas, un pez sano puede defenderse de muchas enfermedades y parásitos comunes.

Cuando el entorno no se mantiene adecuadamente, o el estrés aparece, los peces pueden enfermar. Por lo tanto, si no se aplica un control en las patologías y enfermedades, estos pueden perjudicar significativamente a todos los integrantes del acuario.

Hasta otros acuarios puede contagiarse a raíz de las redecillas, la manutención, el equipamiento para la limpieza de los cristales y el transvase de los peces. A continuación se describen las enfermedades comunes en los peces de acuario:

• Intoxicación por amoníaco: Los niveles de amoniaco pueden subir estrepitosamente cuando no se tiene cuidado del número de peces que se introducen al mismo tiempo en el acuario, o también ocurre cuando el acuario esta recién instalado. El nivel puede disminuir si se introduce un neutralizador, se lleva a cabo constantes cambios de agua y se abastece el acuario paulatinamente.

• Columnaris: Infección bacteriana habitual que se hace visible en los peces en modo de moho. Ocurre básicamente por el mal cuidado del acuario.
• Picazón: Esta infección de la piel ataca a los peces que se ven sometidos a constates factores de estrés, mala alimentación y un hábitat desagradable, la enfermedad se manifiesta a través de manchas blancas o las rayas rojas y sangrientas.
• Enfermedad del terciopelo: Tiene mayor incidencia en los acuarios de agua dulce, causada por un parasito, se expresa mediante una sintomatología que incluye la aparición de una fina capa aterciopelada en la piel que se asemeja al polvo de color dorado u óxido.
• Enfermedades bacterianas: Originadas por bacterias como la Aeromonas, Vibrio, Edwardsiella, Psuedomonas y Flavobacterium. También hay infecciones por tuberculosis, que pueden infectar a los seres humanos inmunodeprimidos.
• Enfermedades fúngicas: Comúnmente se encuentran en el tejido necroso de los peces muertos, donde se aparecen manchas, que se forman en las escamas muertas, en las aletas en descomposición o en las zonas de lesiones traumáticas. También se encuentran en peces con sistemas inmunológicos comprometidos debido a enfermedades virales concurrentes o a la genética.
• Enfermedad de las burbujas de gas: La causa las microburbujas del acuario, por lo tanto, viene de una limpieza mal hecha en la fontanería, o también de cambios bruscos en la temperatura. Se diagnostica a partir de la aparición de burbujas en la piel, aletas y los ojos en los peces.