¿Cómo es el entrenamiento de los perros de asistencia? – Adiestramiento social

A medida que hemos avanzado como sociedad, los roles de los canes han evolucionado para adaptarse a nuestras necesidades. En el pasado, era normal ver a estos animales en labores de caza o pastoreo. En la actualidad, ahora son perros de asistencia o terapia, con el objetivo de facilitar la vida de personas con discapacidad. Sin embargo, para realizar dichas tareas, hay que conocer sobre la educación asistida por animales.

No es posible esperar que un chucho con un entrenamiento convencional, pueda cumplir el mismo rol que uno con adiestramiento personalizado. Para ello, se llevan a cabo sesiones instructivas dedicadas a las discapacidades de una persona, por problemas físicos o mentales. Este proceso tiene que ser aplicado por un profesional, dado que no es posible hacerlo desde casa. En el artículo de hoy, te contaremos cómo es el entrenamiento de los perros de asistencia.

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¿Qué objetivo tiene el adiestramiento de los perros de asistencia?

La educación de los canes que se dedican a estos roles es bastante compleja, recibiendo sesiones de entrenamiento personalizadas. Primero que nada, se tiene que identificar si tu mascota es capaz de cumplir con dichas labores. Por lo general, cualquier raza canina puede asistir a una persona con discapacidad. Sin embargo, perros como el Australian Cobberdog, Border Collie y Golden Retriever ofrecen mejores resultados.

Tras determinar la predisposición del can para la asistencia, se deben analizar las tareas que este tendrá que realizar. Por ejemplo, las labores de un chucho con una persona en silla de ruedas son diferentes al de uno que asista a un diabético. Con base en ello, se siguen ciertas etapas de entrenamiento que ayudarán al peludo a aprender de manera efectiva. A continuación, te explicaremos el objetivo que tiene este tipo de adiestramiento.

El dueño y sus perros aprenden a gestionar situaciones conflictivas juntos

Hay que tener en cuenta que este proceso educativo también será para el cuidador del can. En dichas sesiones, ambos aprenderán a comunicarse y entenderse de una forma positiva, donde el chucho pueda comprender las necesidades de la persona. Para ello, primero se inicia con la socialización básica entre ambos, de modo que el cachorro se acostumbre a convivir con su nuevo dueño.

Luego, se continúa con un entrenamiento básico de obediencia buscando empezar a condicionar al perrito. De esta forma, es posible preparar al can para gestionar situaciones más complejas y resolver problemas.

A medida que el chucho adquiera nuevos conocimientos, se pondrá a prueba su capacidad para ofrecer asistencia básica a una persona. En dicho procedimiento, el dueño del peludo tendrá que participar a su lado.

Usa el condicionamiento positivo

Al igual que con el entrenamiento normal de un perro, este tipo de sesiones educativas especiales necesitan del uso de estímulos. Es decir, hay que aplicar el refuerzo positivo y algún sistema de premios que recompensen su comportamiento. Debido a que es un adiestramiento muy complejo, es fundamental mantener al chucho determinado a seguir con el aprendizaje, para que sea más efectivo.

El proceso suele tener una duración de 8 a 10 meses, durante este tiempo es esencial que el perro tenga un buen estado de ánimo. No obstante, hay que saber qué comportamientos tienes que reforzar. Además, la frecuencia en la que recompenses al can debe ser consistente evitando confundirlo. De esta manera, se podrá entrenar al perro para que sea más inteligente, con una mejor habilidad de gestionar problemas.

Se proporcionan las herramientas y aprendizajes necesarios para que el perro y su dueño se entiendan

Con la ayuda de un entrenador profesional, se iniciará la fase en la que tu mascota aprenderá las bases para poder asistirte. En esta etapa del adiestramiento, le enseñarán al peludo a realizar tareas específicas que puedan ayudarte en tu rutina, o en caso de emergencias. En la mayoría de las situaciones, lo usual es que el chucho aprenda los siguientes trucos.

• Llevar todo tipo de objetos en dirección a donde se encuentre su dueño.
• Tener un mayor tiempo de reacción hacia diferentes sonidos, y así alertar a su tutor.
• Caminar a un lado de la persona o empujar su silla de ruedas.

En adición a ello, el dueño del perro aprenderá a decir las órdenes de una forma apropiada que el peludo pueda entender. Luego, se empezará un periodo de adaptación donde se pongan en práctica las habilidades adquiridas.

¿De qué manera funciona el entrenamiento para los perros de asistencia?

En la actualidad, con los diversos métodos educativos que existen para canes de asistencia, todas ellas son aplicadas de forma distinta. Por lo tanto, el funcionamiento de cada uno de ellos depende de la discapacidad que el peludo va a asistir. Sin embargo, lo normal es que este tipo de adiestramiento tenga como objetivo establecer una conexión entre una mascota y la persona que va a cuidar.

Al finalizar el entrenamiento del perro de asistencia, lo ideal es que este haya aprendido las bases necesarias para cuidar de una persona. No obstante, el dueño del peludo también tiene que poner de su parte.

¿Quién se encarga del entrenamiento en los perros de asistencia?

Por lo general, existen entrenadores profesionales comisionados de adiestrar a los canes destinados a dichas labores. Debido a que esta es una educación personalizada, no cualquier persona puede encargarse de instruir a un perro de asistencia. En la mayoría de los casos, es posible contactar con asociaciones dedicadas a esta clase de tareas como Bocalán o AEPA.

¿Qué tipo de personas pueden tener un perro de asistencia?

Dependiendo del país donde te encuentres viviendo y sus leyes, podrás solicitar la asistencia de un perro, según la discapacidad que tengas. Este es un proceso que puede durar varios meses, por todas las evaluaciones y entrenamiento especializado que conlleva. Las personas facultadas a tener un perro de asistencia, suelen ser aquellas que padezcan de los siguientes problemas.

• Discapacidad física, auditiva o visual.
• Personas que sufren de patologías como diabetes o epilepsia.
• Aquellos con autismo o con necesidad de recibir terapia emocional.