¿Qué es un ‘Gato feral’? – Todas las características
Los animales de la calle son hoy en día un problema de salud pública a nivel mundial, y es que las estadísticas no mienten, puesto que organismos como la OMS afirman que existen más de 200.000 animales abandonados, mayormente en los países más pobres. Aunque muchos organismos relacionan directamente el abandono animal como otro efecto de la pandemia, la realidad es que no lo es, y es que años antes los casos de abandono animal se estimaba que rondaba los 300.000 por año.
En este sentido, seguro habrás notado que entre los animales que hacen vida en la vía pública están los perros y los llamados gatos ferales, que es a quien dedicaremos esta entrada. Así que si quieres saber todas las características de estos felinos no pierdas más tiempo y quédate con nosotros.
¿Qué características distinguen a un gato feral?
Lo primero que se debe saber es que un gato abandonado y uno feral son animales completamente diferentes, que aunque tienen la característica en común de vivir en la calle, cada uno tiene un comportamiento muy particular, como por ejemplo su relación con los humanos. Sí necesitas saber que otras características distinguen a un gato feral, te comentamos:
Su vida es mucho más corta
Los gatos asilvestrados como también se les conocen, son animales que tienen unas condiciones de vida nada favorable, lo que se traduce en que tengan una esperanza de vida mucho más corta si se comparan con los felinos domésticos.
Ten en cuenta que la intemperie es el enemigo número de uno de estos animales, y las condiciones climáticas pueden ser causantes de enfermedades mortales.
Padecen muchas más enfermedades
En el mismo hilo anterior, un gato feral es un animal que no dispone de las condiciones necesarias para cuidar su salud, ya que los agentes externos pueden causar que contraigan enfermedades que compliquen órganos importantes. Además, por no disponer de vacunas son vulnerables a infecciones como la leucemia felina.
Se agrupan en colonias
A modo de supervivencia los felinos asilvestrados suelen vivir en colonias de gatos, las cuales pueden definirse como comunidades que integran cientos de felinos. Los mismos nacen, crecen y se desarrollan en un entorno rodeado solo de felinos, y es que los cachorros ferales son por lo general hijos de madre ferales, y por ello la interrelación con los humanos es nula, lo que ocasiona que los mismos le tengan miedo a las personas.
¿Es posible identificar a un gato feral de uno doméstico?
Como mencionamos anteriormente, los gatos ferales y los domésticos tienen características completamente diferentes, siendo la principal su proximidad con los humanos; es decir, un gato que se encuentre en la calle, pero que permita que un humano se le acerque, acaricie e incluso le maullé, es sin duda un animal doméstico que fue abandonado por su dueño.
Mientras que los ferales son el tipo de animales que huirán completamente de la presencia de humanos, puesto que no están acostumbrados a convivir con especies diferentes a sus congéneres.
¿Se puede adoptar y domesticar a un gato feral?
Es importante que se entienda que un gato feral adulto no puede ser domesticado bajo ninguna circunstancia, o por lo menos hasta el momento no se ha logrado hacerlo. Caso contrario ocurre con las crías, puesto que si se comienza con la socialización entre las 3 y 9 semanas de vida, el animal será capaz de convivir con otras especies.
Ten en cuenta que pese lo molesto que pueden llegar a ser los gatos ferales, son animales que no han tenido la suerte de tener un hogar ni dueño que los cobije, por ello por nada del mundo recurras a malas prácticas para librarte de ellos. En este sentido, debes saber que actualmente existen fundaciones que se encargan de atender a los gatos ferales y colonias para garantizar su bienestar, así que si identificas una comunidad de felinos recurre a estos, puesto que podrán ayudarte a que no entren más a tu casa en busca de alimentos.
Otra forma de ayudar en caso de que identifiques que el felino es doméstico, es que trates de atraparlo y procedas a llevarlo a un albergue, ya que ellos lo pueden atender y buscar un hogar, para que no esté en la calle.