Mi gato no puede caminar con las patas traseras – Causas y Tratamiento

Los gatos son animales muy sigilosos, con un estilo peculiar al caminar. La naturaleza los ha dotado de un sistema óseo sincronizado a la perfección.

Así, tenemos que los gatos caminan con las puntas de las patas, que en términos humanos es como caminar de puntillas. Pero no te alarmes, su anatomía ha evolucionado hasta llegar a este punto. Por lo que no les causa algún tipo de incomodidad.

Sin embargo, hay veces en las que un felino no puede caminar o tiene parálisis en las patas y esto sí es algo por lo que hay que preocuparse.

Las patas de los gatos constituyen un elemento fundamental para el adecuado desarrollo de sus actividades. Les permite trasladarse de un lugar a otro de manera rápida, en ellas también hay glándulas sudoríparas que los ayuda a controlar la temperatura corporal y marcar su territorio.

Tienen, además, garras que les permite trepar, asirse a alguna superficie y defenderse. Si tienes en casa un gato que no puede caminar, entonces presta atención a cada una de las cosas que te mostramos a continuación.

Síntomas de cuando un gato pierde fuerza en las patas

Entre los síntomas que manifiesta un gato cuando no tiene fuerza en las patas y no puede caminar está presentar dificultad para orinar o defecar. La dificultad para controlar la micción y la defecación es una situación muy incómoda tanto para el animal como para el cuidador. Recordemos que el felino se caracteriza por ser muy pulcro.

Cuando a su mascota se le dificulta trasladarse de un sitio a otro, no puede caminar y suele arrastrar las patas traseras, es porque tiene inestabilidad e inmovilidad. También es posible que le faltan fuerzas para moverse o le duelen las patas.

El dolor de la columna o el cuello también se considera un síntoma muy importante que se debe detectar a tiempo. Existen otras manifestaciones, como perder el apetito, vomitar o defecar fuera de su caja de arena o le faltan ganas de moverse.

Mi gato no puede caminar ¿Cuáles son las causas de su parálisis?

Las patas traseras cumplen una función vital que va acorde con la conducta curiosa de los gatos, estas les sirve como una especie de resorte que les permite impulsarse al momento de saltar o treparse a sitios altos como árboles, estantes o algún otro mueble de la casa. Con ellas no le faltan nada a los felinos.

Sin embargo, las patas pueden fallar en un determinado momento y tener que el gato no puede caminar o le faltan fuerzas para hacerlo. Por esto es importante que conozcas las posibles causas para que trates de corregirlas (si se puede) y tu gato retome una vida normal.

Aunque las causas de que a tu gato le fallen las patas traseras y no puede caminar, se deben a múltiples factores; te vamos a presentar las que se observan con mayor frecuencia. Lo que no quiere decir que en algún momento se puedan presentar patologías más extrañas o diferentes.

Una de las más comunes es que tu gato presente problemas a nivel del sistema circulatorio. Es probable que no le esté llegando suficiente flujo sanguíneo a su parte trasera y por ende le faltan fuerzas para moverse.

Esto abarca patologías como: la cardiomiopatía hipertrófica, la cual se produce por un aumento en el músculo cardíaco, otra patología frecuente es la trombosis, ambas son de extremo cuidado.

Otro tipo de problemas que se pueden presentar tienen que ver con el sistema óseo, estos pueden ser causados por un traumatismo, si el gato cayó de un lugar muy alto o se dio un golpe muy fuerte, también puede que esté sufriendo de displasia de cadera o una hernia discal y le faltan fuerzas.

Si ha llegado el invierno a tu ciudad, es posible que tu casa no se encuentre a una temperatura agradable y cómoda para tu gato. Esto hace que el animal no pueda moverse porque no tiene fuerza, tal como les sucede a las personas, tu gato puede que tenga frío. Asegúrate de que se encuentre a una temperatura adecuada y agradable para él.

Otras patologías que causan fallas en las patas traseras son el estreñimiento, por haber ingerido algún alimento inadecuado. Así que debes estar vigilante y no descuidarte con la alimentación de tu minino, si no es la adecuada incluso pueden desarrollar una alergia alimentaria.

Si tu gato tiene ya muchos años, también puede ser una merma natural de sus condiciones motivada por la vejez. Recuerda que como todos los seres vivos, tenemos un ciclo de vida y hay momentos en el que los órganos del cuerpo no responden de igual manera.

La causa de que tu gato no pueda caminar o le fallen las patas traseras puede deberse a una gran cantidad de enfermedades y que solo un profesional capacitado sabe detectar.

Un médico veterinario tiene la experiencia suficiente para dar con las causas que puedan estar generando este problema en tu mascota. También realizará algún otro tipo de análisis que crea pertinente para confirmar el diagnóstico, ecografía, rayos x, analítica de sangre, etc.

Así que no esperes que el cuadro clínico se complique, muchos de estos padecimientos con el tratamiento adecuado y a tiempo se pueden curar. Si tú o algún integrante de tu familia detecta alguna anomalía de este tipo en tu gato, pon en práctica nuestra recomendación para que de esta manera puedas disfrutar mucho más tiempo de tu mascota.

Causas de una malformación en gatos

Lo que más importa al momento de que una gata dé a luz, es que sus gatitos gocen de buena salud y no presenten ningún tipo de malformación.

Una malformación que se descubre luego del parto, se conoce como enfermedad congénita. Son alteraciones que surgen en los meses de gestación, pero es difícil diagnosticarlas.

Las causas de las malformaciones en los gatos se deben más que todo a problemas heredados, así como también un mal desarrollo del embarazo. Por ejemplo, que la gata haya sufrido mucho, tenido traumatismos, una muy mala alimentación o la presencia de algún tipo de enfermedad que comprometió la vida de los fetos.

Entre las tantas enfermedades que pueden aparecer, se encuentran las siguientes:

• Patas traseras abiertas.
• Alteraciones neurológicas.
• Atrofia muscular.
• Debilidad patas.

¿Qué puedo hacer si mi gato no tiene fuerza en las patas traseras?

Si mi gato no tiene fuerza en las patas traseras, lo primero que debo hacer es descartar la causa, verificar si tuvo alguna caída, torcedura o fue por causa de alguna enfermedad.

Unas ventanas, rejas o cualquier orificio desprotegido, que permita que el gato salte, puede ser un lugar propenso para que ocurra un accidente. Si la debilidad que afecta las patas traseras del gato es por traumatismo, debes mantenerlo inmovilizado. De lo contrario le puede causar dolor algún movimiento, primero es necesario lograr fortalecer patas para que luego empiece a desplazarse.

¿Cómo transportar a mi gato si tiene parálisis en las patas traseras?

Para transportar a nuestro gato con parálisis en las patas, debemos hacerlo sobre una tabla de planchar o una tabla de madera donde permanezca inmovilizado. Es importante que el cuidador se mantenga tranquilo para que le transmita ese estado de ánimo a su mascota.

Cualquier acción involuntaria cómo querer morder es normal en estos animales con parálisis en las patas y no debe sorprenderte, su reacción es por miedo, angustia o por el dolor que esté sintiendo en ese momento.

Tratamiento para un gato que cojea o le fallan las patas traseras

Dependiendo de la causa o enfermedad que afecte la debilidad de las patas traseras del gato, el médico veterinario indicará un tratamiento o intervención quirúrgica.

No existe un tratamiento único que garantice la movilidad total del gato y menos cuando presenta una parálisis en las patas.

Sin embargo, existen resultados favorables si se usa la medicina convencional y otras terapias. Va a depender de si se requiere intervenciones quirúrgicas o tratamiento farmacológico.

Prevenciones a tomar en cuenta para evitar que tu gato sufra parálisis

En cualquier actividad que realice nuestra mascota, puede estar propensa a sufrir algún daño que deje secuelas irreversibles cómo parálisis en las patas, inmovilidad total o parcial.

Para evitar que el gato sufra un traumatismo o parálisis en las patas, es importante que los cuidadores acondicionen su hogar con medidas de seguridad. Sobre todo en las ventanas, balcones y ductos con la protección de rejas, mallas o mosquiteros y eviten las salidas callejeras del gato. Así como también puede ser útil el fortalecer patas.

En el pasado, cuándo un gato quedaba incapacitado o sufría de parálisis en las patas, se sacrificaba. Por fortuna, gracias a las terapias e instrumentos ortopédicos que tenemos hoy en día, estas mascotas pueden disfrutar de las actividades diarias.

¿Cómo fortalecer las patas de mi gato?

Las patas de los gatos pueden fortalecerse en dos momentos claves de la vida. El primero es antes de que suceda algún problema o traumatismo; con esto se busca fortalecer patas para evitar daños a futuro.

El segundo momento es después de algún accidente o traumatismo, también con el fin de fortalecer patas. Para hacerlo es necesario tomar algunas cositas en cuenta y te las mostramos a continuación.

• Activa el Ejercicio físico: Esto va a ayudar a que tu mascota se libre de debilidad, patas y también libere energía si es que en algún momento le duelen. Mantener una actividad física constante, mejorará la movilidad en un gatico enfermo y llena de energía a un gatico sano.
• Cumple con el tratamiento: Cuando un gato ha sufrido alguna lesión que le impide caminar y quizá le haya dejado las patas traseras abiertas; no solo se le indica terapia física, sino un tratamiento en medicina. Es importante que cumplas al pie de la letra con el medicamento, esto le ayudará a fortalecer los huesos, disminuir los dolores y evitar infecciones.
• Mantén una buena dieta: Procura ofrecerle a tu mascota todos los nutrientes necesarios que le ayuden a fortalecer los huesos o mejorar su sistema nervioso. Que tome vitaminas y minerales importantes como calcio, magnesio, fósforo y cualquier otro indicado por el médico veterinario de confianza.
• Permite que descanse lo necesario: Cuando un gato sufre lesiones en sus patas, es bueno siempre permitir que descanse el tiempo que su cuerpo considere necesario. Es posible que lo notes dormir más de la cuenta, pero recuerda que su organismo se está recuperando.