Bronquitis en perros: Qué es, síntomas, causas, diagnostico y tratamiento eficaz
El termino bronquitis al poseer el sufijo itis, automáticamente nos ubica en una inflamación de algo, en este caso, de los bronquios, los cuales se distinguen como unos conductos de aire pequeños. Estos conductos son responsables de desplazar el aire que viene de la tráquea hacia los bronquiolos y que posteriormente, lleguen a su destino final, los alveolos, quienes se encargan de llevar el oxígeno al torrente sanguíneo.
La afección en cuestión es sin duda una enfermedad común en los caninos, que claramente afecta todo lo relacionado con las vías respiratorias superiores, su manifestación más característica es la tos y la dificultad para respirar. En el dado caso de que la tos dure más de dos meses, ya puede denominarse bronquitis grave.
https://youtu.be/GH_LUVKk5Dw
¿Cuántos tipos de bronquitis pueden presentar los perros?
La bronquitis se basa principalmente en la inflamación de los bronquios y los bronquiolos, que son las partes de los pulmones donde circula oxígeno. Como consecuencia de la inflamación de estas vías respiratorias, se origina la producción de mucosidad, la tos y la irritación. Todo ello impulsa una mayor producción de mucosidad e induce un continuo ciclo de inflamación.
En su semiología se puede reconocer dos tipos de bronquitis, las cuales tienen causas, síntomas e intervenciones similares, aun así, es importante reconocer su diferencia, ya que los trastornos pueden parecer similares, pero tienen niveles y pronósticos diferentes. En este punto, el veterinario resultará la mejor fuente de información a la hora de diferenciar y diagnosticar ambos tipos.
Bronquitis aguda
Por lo general, las bronquitis agudas no se manifiestan por un prolongado lapso de tiempo, sino que la enfermedad trascurre como máximo un mes. Estos casos agudos suelen estar causados por virus, los caninos terminan contagiándose tras el contacto con una mascota infectada.
Los motivos de carácter viral más habituales son la tos de las perreras, la parainfluenza y el moquillo. Ciertos criterios ambientales, como el estrés, las temperaturas extremas y la aireación, contribuyen a aumentar el grado de riesgo de contraer estos virus. A diferencia de la bronquitis grave, no se calcula un sesgo de edad, pese a que los perros jóvenes y geriátricos registran mayor incidencia de sintomatología más grave.
Los perros expuestos a espacios en los que hay otros perros, tales como los parques, las perreras y los refugios para perros, muestran con mayor frecuencia el riesgo de contraer la enfermedad. Entre las causas de bronquitis aguda conocidas en los perros se hallan el adenovirus canino y del herpes canino.
Bronquitis grave
La bronquitis grave se trata de una enfermedad duradera e incurable en la que se ven afectadas las vías respiratorias inferiores del pulmón del perro al que puede causar un daño pulmonar permanente.
En pocas palabras, constituye el nivel más alto de peligro que comprende la bronquitis, siendo estos casos considerados crónicos debido a que la mascota viene mostrando tos por más de dos meses continuos. En la bronquitis grave, la causa principal aún no se ha encontrado, y es por esta razón que se ha permitido que la enfermedad progrese hasta la fecha.
Asimismo, la causa subyacente tampoco está clara, puesto que en realidad no existe una única causa identificable para esta enfermedad. Con todo, debido a la sensibilidad de las vías respiratorias, se sospecha que la prolongada exposición a irritantes ambientales desempeña un factor destacado en la enfermedad.
Ante esta circunstancia, las vías respiratorias, o los bronquios, se encargan de desplazar el oxígeno hacia los alvéolos, donde se realiza el intercambio de gases. La bronquitis produce la inflamación de las paredes de los conductos, hinchándolas y liberando un excedente de mucosidad. Esto provoca un estrechamiento y congestión de las vías respiratorias que impide que el aire llegue eficazmente a los alvéolos y los traslade al torrente sanguíneo.
Si este proceso se ve interrumpido por la inflamación, se origina la tos como un acto reflejo a fin de contribuir a desobstruir las vías respiratorias. De este modo se genera un círculo vicioso de tos e irritación, característico de la bronquitis.
Por desgracia, el daño pulmonar causado por la bronquitis grave es de carácter permanente y pueden producirse cambios irreversibles en la estructura de las vías respiratorias. En este sentido, la clave del tratamiento reside en combatir la inflamación de las vías respiratorias mediante fármacos y ajustes en las condiciones ambientales para prevenir mayor irritación y desgaste.
Al tratar adecuadamente la enfermedad, se pueden controlar los síntomas clínicos y ralentizar el daño pulmonar. De ahí que la esperanza de vida de los perros con bronquitis grave apenas experimente alteraciones. De todos modos, la progresión de la enfermedad varía de un caso a otro; las lesiones graves del tejido pulmonar pueden provocar bronquiectasias, condición que hace que los perros sean muy propensos a las neumonías recurrentes, lo cual puede poner en peligro su vida.
Este tipo de bronquitis suele afectar a perros de seis años o más y puede presentarse en todas las razas de perros, siendo los pequeños, como los caniches y los cocker spaniels, los más propensos a padecerla.
¿Cuál es la principal causa por la que los perros sufren de bronquitis?
La bronquitis en los perros, en general, puede estar causada por cualquier cosa u agente que irrite las vías respiratorias o que estimule una irritación y respuesta inflamatoria.
El secreto radica en discernir los otros motivos comunes que traen en secuela la tos, tales como la traqueobronquitis bacteriana o vírica, neumonía, colapso traqueal, infecciones pulmonares por hongos, parásitos, como los gusanos del pulmón y del corazón, cáncer, insuficiencia cardíaca y cuerpos extraños.
En muchos casos, los trastornos descritos pueden hasta exacerbar la bronquitis, pues la verdadera causa de la afección es el ciclo inflamatorio iniciado y perpetuado por la reactividad de las vías respiratorias del perro.
Al principio, con la bronquitis leve o en fase inicial, la tos puede ser seca o sonar fuerte. Su aumento puede producirse cuando el perro realiza una actividad física, está bajo estrés o cuando se aplica presión a la tráquea con un collar. Las náuseas es un acto reflejo después de toser en esta etapa.
A medida que la afección empeora, los perros tendrán mayor dificultad para respirar y menor tolerancia al ejercicio e incluso pueden perder el conocimiento cuando hacen un esfuerzo excesivo. En esta fase, cabe la posibilidad que el perro presente sibilancias al exhalar, de hecho, es un síntoma característico de restricción de las vías respiratorias. Y con una mayor gravedad de la enfermedad, la falta de oxígeno puede hacer que las encías adquieran un tono azulado
Del mismo modo, pueden mostrar un comportamiento letárgico como resultado de la excesiva acumulación de moco que provoca la obstrucción de las vías respiratorias. Ante la presencia de estos síntomas, es fundamental llevar al can con el veterinario lo antes posible.
¿Qué síntomas presentan normalmente los perros con bronquitis?
El síntoma principal y más característico en los perros con bronquitis es la tos húmeda, seca o sibilante. No es raro que se confunda con arcadas o vómitos, para ello puede resultar de gran ayuda registrar un breve vídeo del comportamiento a fin de que lo vea el veterinario.
A pesar de que la tos en los perros pareciera ser algo menor como un simple resfrío, lo cierto es que podría ser indicativo de un problema. Frente a la primera señal de tos persistente, lo más recomendable es acudir al veterinario. Es todavía mucho más importante si las características de la tos cambian, es decir, si se vuelve más frecuente, más fuerte o más débil, más húmeda o más seca.
Tos y dificultad para respirar
La tos constituye uno de los signos clínicos más frecuentes. Son muchas las causas posibles, por lo que es más probable que la identificación y el tratamiento de la causa específica den lugar a una mejora de los signos clínicos. En este apartado solo se debe tener en mente que las manifestaciones clínicas como la tos y la excesiva emisión de mucosidad son atribuibles a la inflamación de las vías respiratorias.
En este sentido, la bronquitis canina es una afección en la que la tos diaria puede prolongarse más de un mes. A menudo, la tos se confunde con el sonido del vómito y se acompaña de arcadas y sibilancias u otros sonidos pulmonares anormales.
Aceleración de la respiración y ritmo cardíaco
Este proceso no es lineal, al igual que tampoco conserva el mismo mecanismo en todo momento, sino que, debido a la presencia de ciertos factores, la respiración tiende a cambiar de intensidad y/o engranajes, entre los factores podemos encontrar el nivel de actividad física, la temperatura tanto del ambiente como corporal, agentes irritantes, toxinas, emociones que produzcan una activación del sistema, como el miedo o periodos de estrés.
Ahora bien, los canes suelen mantener una frecuencia respiratoria de 10 a 35 respiraciones por minuto en un estado de reposo, por lo normal estaríamos hablando de 24 respiraciones por minuto, si es más elevado o acelerado que estas cifras nos enfrentamos a una frecuencia respiratoria realmente alta.
A fin de comprobar la frecuencia respiratoria de un perro, puede recurrir a contar los movimientos torácicos a lo largo de 15 segundos y, a continuación, multiplicar por cuatro para obtener el número total de respiraciones por minuto. Conviene aclarar que esta técnica no sustituye los controles precisos del veterinario.
No siempre se trata de una respiración acelerada, puesto que una respiración superficial o pausada también puede ser motivo de preocupación. Si un perro tiene la respiración muy ralentizada, podría encontrarse en estado de shock. Incluso corre el peligro de no respirar en absoluto. Esta situación es consecuencia de varios factores, como un traumatismo, una intoxicación o ciertas enfermedades neuro-musculares.
En lo que respecta a la frecuencia cardíaca, el ritmo de los latidos de los canes atiende a su edad y peso. El corazón de los cachorros es el más rápido, ya que oscila entre 162 latidos por minuto al nacer y hasta 200 cuando tienen dos semanas. Mientras que el corazón de un perro adulto palpita entre 60 y 140 veces por minuto. Por lo general, a mayor tamaño del perro, menor es su ritmo cardíaco.
Pero, ¿Cómo se puede comprobar si el canino presenta aceleración del ritmo cardíaco? Pues bien, es sencillo, en primer lugar, se debe que poner la mano en la parte interior de la pata trasera, en la mitad del muslo, se empieza a sentir que la artería del fémur late próxima a la superficie.
Se recomienda realizar este procedimiento mientras el perro se encuentra de pie, ya que así es más fácil encontrar la arteria. Luego se cuenta el número de latidos que se percibe durante un período de quince segundos y se multiplica por cuatro para obtener los latidos por minuto.
La aceleración o lentitud del pulso puede ser motivo de preocupación. Las pulsaciones aceleradas podrían tratarse de algo tan simple como la ansiedad, pero también podrían indicar muchas otras condiciones, como la presencia de problemas respiratorios, pérdida de sangre, la deshidratación, la fiebre y la insolación. Por el contrario, un pulso pausado es un indicio de shock o de enfermedad cardíaca.
En sí, el ritmo cardiaco normal en los perros oscila entre 70 y 120 latidos por minuto, los perros jóvenes por lo general tienden a tener aceleración de los latidos, por lo que se dice que hay presencia de la bronquitis cuando a los perros se le perciben frecuencias cardíacas superiores a 140 en perros grandes, 160 en perros medianos, 180 en perros pequeños o 200 en cachorros.
Incremento en la secreción de mucosas
Este incremento de las mucosas ocurre en presencia de una enfermedad respiratoria, donde el cuerpo actúa en defensa, aumentando la secreción de las mucosas en un afán de capturar el agente que ha causado la enfermedad en primer lugar, y de esta manera, pretende evitar que ingrese al interior del organismo y afecte órganos importantes.
Aunque este ataque acarrea algunas consecuencias como hacer que los perros presenten una notoria dificultad para respirar, teniendo que abrir la boca para permitir la entrada de algo de oxígeno. Por esto, las secreciones amarillas, verdes o malolientes son siempre motivo de preocupación.
¿Cómo se realiza el diagnostico de la bronquitis en los perros?
En primera instancia, es importante mencionar que el diagnóstico en las primeras fases de la bronquitis conlleva naturalmente a obtener un mejor pronóstico, por esta razón resulta tan fundamental precisar un diagnóstico, ya que lo que parece ser una tos aleatoria podría ser un indicador de inflamación y daño pulmonar progresivo.
De forma rutinaria, los veterinarios establecen el diagnóstico de la bronquitis a partir de una serie de factores, entre los que se incluyen los signos y síntomas del perro, su historial de salud y la exploración física.
De todos modos, cuando se descartan todas las demás causas posibles del signo característico de la tos, se suelen emplear las siguientes herramientas o pruebas de diagnóstico para llegar a un resultado preciso.
- Radiografías de tórax: Es generalmente la primera prueba que se realiza para diagnosticar la bronquitis ya que es posible observa un patrón diferente en muchos perros con bronquitis.
- Broncoscopia: A través de esta prueba se puede visualizar de forma directa las vías respiratorias, y es que, de hecho, la bronquitis tiene una apariencia muy característica. Es un procedimiento que puede resultar costoso y dificultoso en muchos canes, sobre todo los de tamaño pequeño. Exige, por lo general, la aplicación de anestesia, y la realización del procedimiento en un hospital especializado.
- Lavado broncoalveolar: También denominada lavado bronquial, implica la revisión de muestras de moco y células con la ayuda de un microscopio y de pruebas de cultivo y susceptibilidad. Con solo los resultados de esta prueba, se puede obtener un diagnóstico definitivo. Durante el procedimiento el perro puede recibir una premedicación y ser sometido a una anestesia general. Si la condición del canino es crítica, puede no ser viable llevarlo a cabo a causa del mayor riesgo de muerte.
En concreto, el lavado broncoalveolar posibilita la recogida de líquido y células de los pulmones del perro. Dichas muestras pasan a un laboratorio para poder determinar qué tipo de cambios celulares se registran en los pulmones. De existir una infección de tipo bacteriano o parasitario, los resultados contribuirán a determinar el tratamiento más eficaz. La importancia de esta prueba radica en poder excluir otras enfermedades de las vías respiratorias como los parásitos pulmonares o la bronquitis alérgica.
- Análisis de sangre: Si bien no permite establecer un diagnóstico concluyente, los análisis de sangre pueden contribuir a descartar la existencia de otras causas y complicaciones.
¿En qué consiste el tratamiento de los perros que tienen bronquitis?
Por lo regular, hay diferentes métodos de tratamiento destinados a los perros afectados por la bronquitis canina. Entre ellos, se encuentran principalmente la modificación del entorno, los medicamentos y, la mayoría de las veces, una combinación de ellos. En consecuencia, antes de medicar a su mascota, debe consultar siempre a su veterinario.
Incluso se debe, antes de comenzar con un tratamiento farmacológico prescrito por el veterinario, efectuar algunos cambios en el entorno que frecuenta el perro. No es inusual que los perros con bronquitis tengan las vías respiratorias sensibles, por lo que el hecho de inhalar ciertas partículas corrosivas procedentes del entorno que les rodea puede agudizar su estado.
De ahí que se recomiende encarecidamente al cuidador que elimine o reduzca al mínimo la exposición del perro al humo de los cigarrillos o de las chimeneas, al polvo provocado por los ambientadores o a los polvos antipulgas y, por último, a los aerosoles insecticidas, a las lacas para el pelo, a los perfumes y a los productos de limpieza.
En lo referente al tratamiento farmacológico, los veterinarios suelen utilizar tanto medicamentos inhalados como orales, que incluyen corticoesteroides antiinflamatorios como la prednisona, dilatadores de las vías respiratorias y fármacos antimucosos designados para atenuar o diluir las secreciones, inhibidores de la tos, antibióticos, nebulización y la técnica de coupage, un procedimiento que consiste en golpear el pecho del perro con las manos ahuecadas para humedecer las vías respiratorias y liberar la mucosidad.
En caso de que se detecte que el can tiene sobrepeso, la disminución del peso se considerará como una intervención crucial pues este exceso de peso puede empeorar el círculo vicioso de la inflamación y la acumulación de mucosidad.
Puesto que la bronquitis en sí no se presenta como un ataque peligroso para la vida, es menos frecuente que se receten inhaladores a los perros para controlar la enfermedad, no obstante, se debe impedir que el perro evolucione hasta desarrollar una bronquitis grave. Por lo tanto, las opciones de tratamiento que puede prescribir el veterinario son las siguientes:
- Corticosteroides: Los corticosteroides, también conocidos como glucocorticoides, son el principal medicamento utilizado para tratar la bronquitis canina pues pertenecen a la familia de los antiinflamatorios. En este sentido, figura como la medicación por excelencia porque ataca al proceso inflamatorio existente.
Aunque no todo es color de rosa, pues estos fármacos al igual que muchos poseen los tan molestos efectos secundarios, entre los que se distinguen el aumento de apetito, micción, sed e inquietud, por lo que será normal observar al perrito ser muy activo.
- Corticosteroides inhalados: Los corticoesteroides inhalados se utilizan preferentemente para el tratamiento de la bronquitis grave en perros, como la prednisolona, la prednisona y la metilprednisolona, ya que permiten administrar el producto de forma directa en el tejido pulmonar. Además, la medicación inhalada requiere menores dosis del fármaco por lo que no provoca los mismos efectos secundarios sistemáticos que los esteroides orales o inyectables.
Es aconsejable utilizar la cámara de aerosol para facilitar el uso de los inhaladores ajustando la dosificación correcta y medida exacta. Esta cámara se encuentra específicamente diseñada para los perros, debido a que captura y retiene la medicación del inhalador, permitiendo al perro respirar la dosis, y que se traslade directamente a las vías respiratorias inferiores de sus pulmones. Es esencial que esta medicación se reduzca, y no que se interrumpa repentinamente.
- Prednisona/Prednisolona: Pertenecen a la familia de los esteroides orales, y no son recomendables para un uso a largo plazo. Sus efectos secundarios consisten en aumentar la sed, hambre y micción. En dado caso de que la dosis sea alta es probable que los efectos secundarios puedan ser más comprometedores, y si se le suma, un largo consumo de estos fármacos, los efectos pueden incluir vómitos, diarrea, cambios de comportamiento y jadeo.
Hay además otros efectos posibles como un excesivo cansancio y pocas ganas de jugar, ulceración gastrointestinal que se caracteriza por la falta de apetito, heces negras o ensangrentadas, vómitos con sangre, fiebre alta, cambio de pelaje, pérdida de masa muscular, diabetes acompañada de pérdida de peso frente a un buen apetito.
- Broncodilatadores: Los broncodilatadores, como la teofilina, la aminofilina, la pentoxifilina y la terbutalina, suelen ser beneficiosos a la hora de tratar a su mascota; su función principal consiste en expandir las vías respiratorias cuando los músculos involuntarios se han contraído. A pesar de que estos fármacos están indicados ante situaciones de emergencia, en realidad no abordan la inflamación subyacente de las vías respiratorias.
En cambio, sí que pueden contribuir a brindar un alivio temporal durante un episodio repentino de tos provocado precisamente por un agente perturbador de las vías respiratorias, sólo se administran a prueba, es decir, se prescriben durante dos semanas y luego se suspenden si no se observa ninguna mejora.
- Cuidados de apoyo: En este sentido, para que su mascota tenga las máximas posibilidades de mejorar, se debe asegurar un entorno libre de irritantes, como el humo del tabaco, hacer uso de la nebulización o terapias de vapor que contribuyan a diluir las secreciones, permitirle a canino descansar todo lo que desee, sin forzarlo a una mejoría.
Suministrar una alimentación balanceada para acelerar la recuperación es vital ya que a través de los nutrientes se puede fortalecer el sistema inmunológico y otras armas naturales del organismo; además de ello limpiar todo constantemente para mantener un ambiente higiénico también le ayuda en su recuperación.
¿Cuáles son los mejores remedios caseros que le podemos dar a un perro para su bronquitis?
La verdad es que, a parte de la medicación, existen remedios naturales para controlar y tratar la bronquitis aguda y grave en los perros, ya que en muchos casos los propietarios suelen buscar un tratamiento adicional para sus perros que sea asequible y seguro.
Té de menta
El té de menta se puede considerar seguro para que los perros lo tomen con moderación. Este té de menta aporta múltiples propiedades beneficiosas para la salud del perro, ya que no sólo contribuye a tratar la bronquitis, sino que también puede mejorar la salud general de los caninos, refrescar su aliento e incluso ser utilizado como repelente de pulgas. Tan sólo hay que asegurarse de retirar la bolsita de té y dársela siempre a temperatura ambiente.
Contiene antioxidantes y actúa como un astringente suave que permite desinflamar y relajar los músculos. Es importante tener en cuenta el hecho de que no se debe añadir leche ni azúcar a las infusiones que se administran a los perros.
Asimismo, nunca se debería permitir que el perro ingiera infusiones con cafeína. Por tanto, los demás tés como los negros, verdes, blancos y de naranja están descartados. Hasta pequeñas cantidades de cafeína llegan a provocar graves enfermedades en los perros, puesto que resulta muy tóxica para ellos.
Aceite de coco
En líneas generales, el aceite de coco no representa ningún peligro para los perros si lo ingieren en pequeñas cantidades o lo aplican sobre la piel o el pelaje. Al escoger el tipo de aceite, es preferible el aceite de coco virgen, pues la mayoría de los beneficios se han observado con este tipo.
La cantidad a darles dependerá de su tamaño. En el caso de que el perro tenga sobrepeso u obesidad, se recomienda no darle aceite de coco más de una vez al día. Tampoco le suministre el aceite de coco solo sin un acompañamiento. Más bien, se debe mezclar con la comida habitual del canino. De esta forma, su dieta no se verá alterada y será rica en nutrientes.
Además, hay que tener en cuenta que siempre se corre el riesgo de que se produzca una reacción alérgica al añadir algo nuevo a la dieta o al cuidado de su perro. De producirse dicho acontecimiento, se debe suspender el uso de forma inmediata.
Este remedio casero es famoso por sus efectos antimicrobianos, puede evitar que los perros se infecten con ectoparásitos, como garrapatas, pulgas y ácaros de la sarna. Aunado, también ha demostrado que ayuda a eliminar bacterias, virus y hongos.
Algunos veterinarios subrayan la importancia de utilizar el aceite de coco poco a poco. De este modo, se podrán controlar las posteriores reacciones del perro. Ellos recomiendan empezar con un cuarto de cucharadita en los perros más pequeños o una cucharada sopera a los perros grandes. Se estima que si después de dos semanas, el perro ha dado una respuesta adecuada al aceite, es el momento de aumentar la dosis en una cucharada por cada diez libras de peso corporal.
Miel
Se dice que la miel es un suplemento beneficioso para la salud en general. Se le atribuyen propiedades antimicrobianas y antifúngicas, que reducen la inflamación, calman las úlceras de estómago, los dolores de garganta, y las afecciones con cuadros sintomatológicos de resfriados.
Por su contenido en antioxidantes, enzimas y flavonoides, la miel figura como el mejor remedio casero para atenuar los ataques de tos involuntarios que suelen presentarse en caso de bronquitis. Así pues, si das miel a tu perro lograrás mitigar sus síntomas y hacer que se sienta mejor.
Por lo tanto, si tu perro tiene dolor de garganta, y ya has acudido al veterinario en busca de la causa, y además has seguido las instrucciones de su tratamiento, puedes darle un poco de miel para ayudarle a apaciguar las inflamaciones persistentes mientras hace efecto el tratamiento farmacológico.
En cuanto a la cantidad de miel que puedes darle a tu perro estará en función de su talla y peso, ya que los perros grandes necesitan una cucharada de miel al día, mientras que los perros de menor tamaño necesitan dos cucharaditas. En el caso de que el perro se niegue a consumir miel, se puede intentar hacer una mezcla con una de sus golosinas favoritas.
En caso de querer usar la miel como alimento recurrente en su dieta es esencial consultar al veterinario sobre la cantidad que puedes darle. Pero en general, cuando se trata de golosinas para perros, menos es más, sobre todo para las razas pequeñas. Al mismo tiempo, los perros que padecen alguna enfermedad, como la diabetes, necesitan consultar al veterinario para saber si es seguro suministrarles miel.