Neumonía canina: síntomas, diagnóstico y posibles tratamientos
Al igual que sus dueños, los perros también son susceptibles a padecer neumonía. De hecho, esta afección en particular resulta muy grave en los caninos y puede ser ligeramente mortal, aun así, existe gran diversidad de tratamientos para una recuperación exitosa. A continuación, se expone información sobre los agentes patógenos encargados de originar esta enfermedad respiratoria, en conjunto con el despliegue de los signos y síntomas que quizá se pudiesen presentar, así como también, las formas de tratar esta condición.
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¿Cómo se define y se produce la neumonía canina?
En primer lugar, la neumonía se define como una inflamación de los pulmones que compromete el bienestar de las vías respiratorias inferiores, esta condición afecta directamente al sistema respiratorio, incluyendo los pulmones y las vías respiratorias, por dicha razón tiene una repercusión en la capacidad inherente de los perros para respirar. En términos generales, se produce la inflamación en los pulmones porque es la respuesta automatizada que poseen los tejidos o células ante una lesión, irritación o infección.
La neumonía canina se produce por la exposición del organismo a múltiples factores de riesgo, esto es, cualquier enfermedad o condición que incida en el tracto respiratorio, siendo una de las principales razones por las que los perros desarrollan una neumonía bacteriana.
Otros factores son las afecciones genéticas o adquiridas que dificultan la capacidad de ingesta del perro, así como los problemas de regurgitación, como la parálisis laríngea, el megaesófago, el paladar hendido, los vómitos crónicos, los estados de conciencia alterados y los tumores del sistema respiratorio.
¿Qué puede provocar que un perro llegue a padecer neumonía?
En general hay cuatro formas en que un perro puede llegar a padecer neumonía, y la que mas incidencias registra es la infección bacteriana, donde se posicionan diversas bacterias responsables de la enfermedad, entre las que se pueden distinguir la bordetella bronchiseptica, estreptococos, pasteurella multocida, pseudomonas aeruginosa, klebsiella pneumoniae, escherichia coli y un conjunto de especies de mycoplasma.
Por su parte, la bronchiseptica es la única que realmente se puede considerar altamente contagiosa por el contacto entre los caninos, por ende, tienden a propagarse fácilmente, del resto con las demás bacterias, no se repiten estos casos de contagio.
Volviendo a la bronchiseptica, es el microorganismo encargado de causar el resfriado común en los caninos, es decir, la tos de las perreras, además de infecciones en la tráquea y bronquios, que si no se atienden son capaces de extenderse hasta los pulmones, y producir en consecuencia, la temida neumonía, donde los perros jóvenes, geriátricos y con un sistema inmunitario debilitado tienen más probabilidad de empeorar su condición.
En la misma línea de ideas se encuentra la neumonía causada por una infección vírica, como es el caso de la gripe, la parainfluenza e inclusive, el adenovirus canino. Pero antes de desesperarse, conviene señalar que, con tratamiento, los perros suelen recuperarse de forma exitosa de la neumonía, indistintamente cual sea la naturaleza; de hecho, sólo pueden desarrollar afecciones comórbidas si la neumonía presente no se trata.
Las neumonías bacterianas y sus características
Se hace hincapié que esta bacteria es de fácil transmisión entre los perros que tienen el sistema inmunológico comprometido, así como entre los perros muy jóvenes o de avanzada edad. Por lo general, los síntomas son fiebre alta, disnea, reducción en la tolerancia al ejercicio, letargo y mucha tos. Entre otros signos que puede presentar se incluyen la secreción nasal, una respiración estridente y acelerada, pérdida del deseo de comer y consecuentemente, de peso, hasta llegar a la deshidratación.
A partir de estos signos y síntomas, los veterinarios pueden establecer un diagnóstico, conjuntamente con los hallazgos infalibles de la exploración física, sobre todo si se escuchan sonidos pulmonares anormales durante la auscultación del tórax del perro con un estetoscopio. Si es así, puede ser necesaria una serie de pruebas para confirmar el diagnóstico y descartar otras enfermedades, entre ellas:
- Hemograma y perfil bioquímico: Estos exámenes de sangre permitirán evaluar el estado de salud general del perro, y posiblemente se recomienden otros análisis de sangre o fecales específicos para excluir enfermedades parasitarias como el gusano del corazón o el gusano del pulmón.
- Radiografía torácica: Estas imágenes acostumbran a revelar variaciones significativas en los pulmones que pueden ser útiles para descartar otros tipos de enfermedades cardíacas o pulmonares.
- Citología mediante broncoscopia: Se emplea el broncoscopio, una pequeña cámara de fibra óptica, que permite explorar directamente las paredes interiores de las vías respiratorias en un perro ya anestesiado. Una vez finalizado el examen visual, se puede optar por recoger muestras de las células que revisten los bronquios y los bronquiolos con el fin de realizar un examen microscópico y llevar a cabo un cultivo bacteriano y pruebas de sensibilidad.
- Lavado traqueal: Este procedimiento requiere anestesia y sedación, ya que se necesita pasar un catéter fino, flexible y estéril en la zona que se quiere observar. Para ello, es necesario introducir a la fuerza una pequeña cantidad de líquido estéril en los pulmones, y luego succionarla o aspirarla sin demora. El líquido extraído alberga mucosidad y un reducido porcentaje de células de las que se pueden realizar cultivos de microorganismos y analizarlas al microscopio.
Teniendo en cuenta que los resultados de las pruebas de cultivo y sensibilidad es difícil que estén disponibles de inmediato, lo más probable es que el veterinario comience el tratamiento con un antibiótico de amplio espectro, como la doxiciclina o la amoxicilina, al tiempo que espera los resultados de las pruebas.
¿Qué es la neumonía por aspiración?
La neumonía por aspiración tiene lugar cuando el canino inhala accidentalmente su propio contenido gastrointestinal, o de si éste padece una anomalía de la faringe, un trastorno neuromuscular o alguna otra patología semejante que afecte su función respiratoria. Inclusive, también se puede dar en presencia de un ensanchamiento de la parte baja de su esófago motivado por la regurgitación frecuente o el reflujo ácido, lo que puede dar paso a una neumonía por aspiración en determinados casos, al igual que una sonda de alimentación mal posicionada.
Esto provoca un cuadro de inflamación e infección secundaria del pulmón, a causa del exceso de líquido y mucosidad depositada en las vías respiratorias inferiores, que por consiguiente genera dificultades respiratorias.
Por su parte, el cuadro sintomático incluye dificultades respiratorias, escasa tolerancia al ejercicio, tos, elevada temperatura, secreción nasal, sibilancias o silbidos nasales, respiración inestable, deshidratación, pérdida de peso y de apetito, incapacidad para tragar, piel de tonalidad azulada, cambios de humor y regurgitaciones frecuentes.
La neumonía por aspiración, por lo general, suele ser una emergencia que pone en peligro la vida del animal y justifica una visita inmediata al veterinario, pues el diagnóstico y el tratamiento a tiempo son críticos para prevenir el desarrollo de síntomas y afecciones más graves.
Cuando se trata de una neumonía por aspiración, el tratamiento no incluye diuréticos, puesto que pueden deshidratar al paciente, ni tampoco el uso de supresores de la tos, dado que pueden impedir la expulsión del pus hacia el exterior de los pulmones. Por otro lado, tampoco se deben administrar fármacos que inhiban el sistema inmunitario, por ejemplo, ciclosporina o prednisona, porque podrían impedir que el organismo combata la infección existente en el interior del pulmón.
Es habitual que se precise el apoyo de la nebulización o del coupage (técnica especializada para humedecer las vías respiratorias y facilitar la liberación de mucosidad), y una vez conseguido que el perro vuelva a respirar prescindiendo del apoyo de la oxigenoterapia administrada por el nebulizador, se puede mantener única y exclusivamente el tratamiento domiciliario, el cual incluye el suministro de terapia antibiótica durante el lapso de tres a cinco semanas.
Por fortuna, la neumonía por aspiración suele conllevar un buen pronóstico. Ahora bien, hay que tener en cuenta el hecho de que la neumonía por aspiración puede ser una complicación importante incluso de una cirugía, de manera que hay que mantener siempre los mejores cuidados preventivos para evitar el desarrollo de este tipo de neumonía.
¿Qué características tiene la neumonía química?
Por su parte, esta neumonía química es un subtipo derivado de la neumonía por aspiración, al producirse porque el contenido que se aspira resulta tóxico para los pulmones. Esta situación se debe más al producto de una irritación que de una mera infección.
Algo que es tóxico y que se succiona con frecuencia son los líquidos intestinales, los cuales son capaces de provocar este tipo de neumonía como consecuencia sobre todo de la aspiración del mismísimo vómito. La aspiración espontánea del vómito se produce cuando el perro enfermo no está totalmente consciente, como puede suceder después de un episodio con convulsiones.
También puede originarse por la inhalación de aceites o de sustancias corrosivas como la gasolina, el queroseno, el humo y otros productos con altos niveles de toxicidad. Así, sus síntomas constan de una repentina disnea y tos en el transcurso de unas horas o minutos. Los demás síntomas también pueden incluir fiebre y en los cuadros de menor gravedad, es posible que aparezcan los efectos un o dos días tras haber inhalado la sustancia tóxica.
A menudo, su diagnóstico resulta evidente cuando se conoce la sucesión de eventos, siempre y cuando se cuente con esta clase de datos. En este sentido, también pueden ser de utilidad la realización de una radiografía de tórax o la medición del nivel de oxígeno en la sangre.
Para el tratamiento no hay que olvidar la asistencia temporal de un respirador, en caso de ser necesario. Para retirar las secreciones y las partículas que se encuentran en las vías respiratorias, se puede efectuar una aspiración del contenido de la tráquea. A tal propósito se recurre a la broncoscopia, conocida como la exploración óptica de las vías respiratorias por medio de una sonda flexible.
Si bien los antibióticos en esta situación general son poco efectivos, a menudo son administrados debido a la imposibilidad de los clínicos de diferenciar una neumonía bacteriana por aspiración de una neumonía química, ya que la primera suele ser consecuencia de la complicación de la segunda.
Adicionalmente, para prevenir dicha neumonía los veterinarios indican diversos cuidados de apoyo en el caso de estar en riesgo, por ejemplo, si el canino está convaleciente después de una operación comprometida, donde se debe propiciar brindarle comidas con ciertas texturas o beber líquidos más espesos para ayudar a reducir el riesgo de aspiración, estando atentos a la dosis en específico, que no sea excesiva.
¿Cuáles son los síntomas que puede presentar un perro con neumonía?
Al igual que se ha estado retratando en los tipos de neumonía, los signos y síntomas de esta afección tienden a ser los mismos, entre los cuales destaca primeramente la tos, de igual forma se tiene la fiebre, el letargo, las sibilancias, dificultad para respirar, goteo nasal, pérdida de peso, respiración rápida y superficial, jadeo y cansancio fácil, este ultimo se manifiesta en los caninos como la perdida del deseo para jugar o hacer actividad física.
Concerniente a la aceleración de la frecuencia respiratoria en los perros, se señala que es usual observarla en cuadros de neumonía ya que, si no es porque existe una insuficiencia cardiaca subyacente, se le atribuye automáticamente al presente trastorno respiratorio, pues la afección suele provocar una obstrucción parcial de las vías, lo que produce en consecuencia, la aceleración en el intento de buscar oxígeno.
Por lo tanto, la obstrucción de las vías respiratorias provoca disnea inspiratoria. La obstrucción recurrente contribuye a la hinchazón y el edema de los tejidos, lo que amplía aún más la misma obstrucción.
Es importante no confundir la condición de aceleración de la frecuencia respiratoria con una dificultad respiratoria, pues aquí nos referimos puntualmente a todo lo contrario, es decir, una frecuencia respiratoria más lenta, los caninos que mantienen dicha frecuencia dan una percepción de incomodidad.
Del mismo modo ocurre con la aceleración del ritmo cardiaco, que en los perros es normal que se mantenga en 70-120 latidos por minutos, por lo que, si se percibe una frecuencia superior a estas cifras, da indicios potenciales de padecer neumonía.
¿A qué tipo de perros suele afectar más la neumonía?
Para poder dar respuesta a esta pregunta se trae a colación los factores de riesgo que originan de primera mano la neumonía, y alguno de ellos son la genética y la estructura anatómica. Y todo ello por las características particulares que poseen ciertas razas, aquí se incluye sobre todo los rasgos anatómicos, responsables de la predilección de los caninos a adquirir con alta frecuencia la mayoría de las afecciones respiratorias.
Al igual que se posicionan los caninos que padecen alguna enfermedad del sistema inmunitario o a los que están sometidos a la prescripción de fármacos inmunosupresores, todos ellos tienen un mayor riesgo de adquirir una neumonía bacteriana, tanto como los perros con trastornos graves al nivel del metabolismo, entre los que se distinguen la insuficiencia renal, la diabetes mellitus no controlada, la enfermedad de Cushing o la enfermedad de Addison.
- Bulldogs: Los franceses, los carlinos y los pequineses, son caninos víctimas del síndrome obstructivo braquicéfalo de las vías respiratorias, así como de la dificultad para hacer ejercicio y del debilitamiento de los tejidos blandos laríngeos y faríngeos.
- Norwich terrier: Si bien no forman parte de las razas de perros que presentan una anomalía de conformación braquicéfala, sí que experimentan ciertas irregularidades en las vías respiratorias superiores, como pliegues supraaritenoideos redundantes, colapso y sáculo laríngeo además de una abertura laríngea estrecha.
- Labrador Retriever: Esta raza en particular no es tan propensa a padecer un trastorno respiratorio en sus primeros años de vida, pero la situación cambia significativamente cuando envejecen, ya que suelen adquirir el síndrome de parálisis laríngea, y debido a esta condición, empiezan a sufrir de crisis respiratoria asociada a una exposición excesiva al calor y/o al ejercicio. De hecho, el riesgo de padecer neumonía aumenta de 10 a 20%. Esto aplica para la mayoría de perros de razas gigantes.
- Yorkshire Terrier: Se observa elevada incidencia en los colapsos traqueales que afecta en consecuencia las vías respiratorias. Por lo que no solo pueden padecer neumonía sino bronquitis crónica, bronconeumonía y broncomalacia. Al igual que ocurre con los Labradores, aquí no solo se observa en esta raza, sino que dicho colapso puede suceder en cualquiera de las otras razas pequeñas.
- Husky siberiano: Esta raza tiene una singularidad, y es que los Huskies Siberianos son sumamente proclives a padecer la enfermedad alérgica denominada eosinofílica o bronconeumopatía eosinofílica que afecta las vías respiratorias.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado para curar la neumonía canina?
En el caso de que el perro haya sido diagnosticado con neumonía bacteriana, por aspiración o química, los veterinarios se decantan por diversas indicaciones, entre las mas comunes se encuentran que prescriben tratamientos farmacológicos para controlar los síntomas primarios, conformados por antiinflamatorios no esteroideos para poder manejar la fiebre y aliviar el dolor.
Entre los fármacos predilectos, suelen enviar broncodilatadores y expectorantes para la tos, los cuales son prescritos únicamente en la neumonía bacteriana y en la neumonía de aspiración, es decir, en la neumonía química nunca envían este tipo de medicamentos pues pueden resultar contraproducentes, al fin y al cabo, el propósito primario de dichos fármacos es apaciguar las dificultades respiratorias que manifiestan los caninos en estas afecciones.
En el caso de padecer una neumonía de gravedad, resulta necesario la hospitalización, donde pueda recibir terapia de fluidos que intervenga en la deshidratación crónica, donde se le administre oxígeno suplementario para prevenir que la piel se torne azulada, y, además, donde le suministren el tratamiento antibiótico necesario por vía intravenosa, todo ello con el objetivo de obtener resultados más rápidos y eficientes.
En ocasiones los veterinarios si lo ven necesario, suelen prescribir tratamientos a vapor para la descongestión nasal, este se puede realizar mediante un baño o ducha caliente, donde el perro junto con la ayuda del cuidador debe sentarse y mantenerse dentro del cuarto del baño, para que se inhale el vapor que emane la ducha caliente.
¿Los antibióticos recetados varían de acuerdo a la gravedad?
En efecto, la prescripción de antibióticos siempre variará en función de la gravedad de la afección. La elección lógica de los antibióticos en un principio tiene que proporcionar un amplio espectro de cobertura, incluyendo fármacos como la ampicilina o la clindamicina. De todos modos, una vez disponibles los resultados de los cultivos y la sensibilidad, es posible elegir un antibiótico específico de espectro reducido para la continuidad de los cuidados.
Con todo, la vía de administración del antibiótico para un canino con neumonía depende de la gravedad de la enfermedad. Si el perro tiene un buen estado de salud sistémico, no presenta indicios de hipoxemia, se alimenta y bebe sin problemas al tiempo que se muestra activo, los antimicrobianos orales son apropiados. Entre las opciones más viables podrían ser amoxicilina, clavulanato, fluoroquinolonas o trimetoprima.
Por otra parte, si el perro está decaído, febril o hipoxémico, entonces es probable que se le deba hospitalizar a fin de administrarle antibióticos por vía parenteral, a ser posible por vía intravenosa.
Por lo tanto, las opciones incluyen una de las siguientes combinaciones más agresivas de ampicilina y un aminoglucósido, clindamicina y una cefalosporina de tercera generación, penicilina potenciada como la ticarcilina y/o clavulanato, puesto estos fármacos resultan muy eficaces en los caninos que padecen neumonía con hipoxemia.
Cabe de señalar que hay opiniones de otros veterinarios que insisten en suministrar los antibióticos parenterales para los caninos con neumonía, independientemente de la gravedad de la enfermedad, con el propósito de dar continuación de los antibióticos orales, así el canino haya sido sacado del hospital para la casa.
Si bien la duración típica del tratamiento es de cuatro a seis semanas, depende estrechamente de la respuesta clínica, todavía no se ha establecido un tiempo de intervención específico para un paciente con neumonía, ya que este varia constantemente de acuerdo a diversos factores. En cambio, lo que si recomiendan es que el paciente sea reevaluado entre 10 y 14 días después de iniciar el tratamiento.
No todos los perros con neumonía aguda por aspiración tienen una infección bacteriana. Sin embargo, las bacterias aspiradas si pueden causar una infección secundaria a la inflamación química asociada a la aspiración. Si el perro está afectado de forma aguda y no tiene evidencias de sepsis sistémica, aquí basta con la administración parenteral de un antimicrobiano betalactámico como ampicilina, ampicilina-sulbactam o la cefalosporina de primera generación cefazolina.
Es importante mencionar que existen unas cepas en específico de los de estreptococos aisladas, las cuales en los perros son sensibles a la penicilina, la amoxicilina y la ampicilina, por lo que la administración de amoxicilina-clavulanato no es necesaria ni idónea si se sospecha de la presencia de este organismo.
¿Cuál es la correcta alimentación que debe llevar el perro si tiene neumonía?
En las enfermedades como la neumonía, las comidas con los nutrientes esenciales son imprescindibles para la recuperación del canino. Dicha alimentación funciona como una potenciador del sistema inmunológico, quien va a otorgar junto con el tratamiento farmacológico y otros cuidados de apoyo, el combate para la infección o cualquier agente responsable de causar la enfermedad.
Como las vías respiratorias se ven afectadas, lo que es la garganta y la tráquea también resultan perjudicadas, por ello es primordial ofrecerles alimentos blandos en papillas, también se les puede ofrecer comida enlatada con olores tentadores con el fin de despertar el interés por comer, claro está, si hay una aprobación por parte del veterinario.
Del mismo modo, el veterinario puede prescribir medicamentos para estimular el apetito, o también se ha observado en algunos casos, que los perros debido a su condición crítica pueden necesitar una sonda de alimentación y líquidos intravenosos para administrar los medicamentos y evitar de esta forma, la deshidratación.
¿Qué tipo de ambiente es el mejor para que el perro se recupere?
El ambiente al igual que pasa con la comida, es fundamental y se encuentra dentro de los cuidados de apoyo, los veterinarios en primera instancia suelen aconsejar a los cuidadores ciertos ajustes en las condiciones ambientales, con el ultimo propósito de prevenir una mayor irritación y complicación de la enfermedad.
De ahí que se recomiende al cuidador que retire al máximo el acercamiento del perro a sustancias corrosivas ya sean que las puedan inhalar o consumir, a saber, el humo de los cigarrillos, de los carros, de las chimeneas, del polvo proveniente de ambientadores, insecticidas, o aerosoles como tal, perfumes, y líquidos como el cloro o el desinfectante. Por tanto, si se requiere limpiar el área donde se va a asentar el canino, no se puede emplear productos de limpieza con olores muy fuertes.
¿En qué ayudan los nebulizadores a los perros que padecen neumonía?
Los nebulizadores o humificadores, por lo general, ayudan a humedecer y dispensar el oxígeno del exterior, y esto a su vez, ayuda con la descongestión de las vías respiratorias tanto en los seres humanos como en las mascotas, en el caso de los caninos, el veterinario los recomienda para diluir el exceso de mucosidad que se encuentra atrapado en los conductos nasales.
Para ello, se necesitan llevar a cabo breves sesiones en cortos periodos de tiempo, trate de determinar con anticipación la solución acuosa que se le puede administrar, y de este modo conseguir que los caninos expulsen la mucosidad por completo.