¿Qué hacer con un perro que tiene epilepsia? – Síntomas y cuidados

La epilepsia es una actividad anormal excesiva del cerebro que sufren muchas razas de perros, aunque no es mortal para el animal que lo padezca, sus dueños podrían asustarse más de lo debido y actuar de forma precipitada e incorrecta.
La epilepsia es una enfermedad de carácter hereditaria, más común de verlo en razas como el caniche, san Bernardo, Beagle, setter, etc. El primer ataque epiléptico en un perro que sufre esta enfermedad se presenta en los primeros 6 meses de vida, en algunos casos puede llegar a presentarse en los primeros 5 años de vida.
En este artículo te enseñare a detectar la epilepsia en tu perro si es que lo padece, además de mostrarte las fases de esta enfermedad, formas de prevenir complicaciones en el momento de que tu mascota este sufriendo epilepsia y cómo actuar cuando lo presenta.
¿Cuáles son las fases de un ataque epiléptico en un perro?
Lo primero que debemos conocer de esta enfermedad que no solo afecta a las personas, sino también a nuestras mascotas peluda, es sus fases. La epilepsia está comprendida en tres fases y debemos conocerlas bien para mantener el control de ella y no perder la calma. A continuación, te detallare cada una de las fases que tu perro padecerá cuando tenga un ataque de epilepsia.
Aura
Es la manifestación inicial del ataque epiléptico, puede durar entre segundo a minutos, aunque para los dueños pueda parecer que dura una eternidad. En esta fase el perro puede mostrar un lamido excesivo, mucha salivación y en algunos casos vómitos. También pueden querer llamar nuestra atención ladrando en exceso, avisándonos de lo que acontecerá.
Ictus
En esta etapa comienza el ataque, se presentan movimientos musculares que son involuntarios y/o anormales, Este episodio puede durar desde unos segundos hasta varios minutos. Antes de que ocurra esta fase, deberemos de situar a nuestra mascota en un lugar seguro donde no se pueda lastimar.
Post-ictus
Fase posterior al ictus, en esta etapa el perro puede mostrarse desorientado, actividad inapropiada de la vejiga y del intestino, comportamiento anormal, exceso de apetito y sed o falta de ellos. En esta etapa el perro se sentirá muy debilitado y cansado, en algunos casos llegan a perder la vista temporalmente debido a la afectación neurológica sufrida.
¿Cómo saber porqué mi perro padece de epilepsia?
Existen muchas causas en las que un perro podría sufrir de epilepsia, entre ellas está el hecho de que esta enfermedad es hereditaria y afectan principalmente a las razas como el pastor belga, caniche toy, collie, setter islandés, golden retriever, pastor alemán, keeshond, daschund y husky.
Un ataque epiléptico nos indica que existe un problema en el cerebro, pero no nos indica el motivo de esta, por ello es importante el diagnóstico del veterinario para hallar la causa subyacente, evaluar el riesgo de recurrencia y establecer el tratamiento idóneo junto con las medicaciones necesarias. Una estructura cerebral anormal es una recurrente causa de epilepsia, esta puede estar dado por tumores, problemas de desarrollo cerebral, inflamación y golpes.
La epilepsia idiopática es otro factor que podría explicar por qué tu mascota sufre esta enfermedad. La epilepsia idiopática es cuando no se puede establecer la causa que explique las convulsiones. Los perros de gran tamaño son más propensos a contraer esta epilepsia, sobre todo los perros entre 6 meses y 5 años de edad.
¿De qué forma puedo prevenir los ataques de epilepsia en mi perro?
Cabe decir que la epilepsia no tiene cura y el perro que la padece deberá estar en tratamiento por el resto de su vida. Si bien los ataques epilépticos no pueden ser prevenidos, podemos minimizar los riesgos preparándonos antes de que suceda. El perro se comportará de forma extraña antes de sufrir el ataque epiléptico, por lo que deberemos estar atentos a estos comportamientos.
El perro se mostrará más inquieto y nervioso de lo habitual antes de sufrir las convulsiones, también empezará a lamer el suelo, cazar moscas, correr en círculos, morder su cola y en algunos casos se tornará agresivo sin motivo.
Mantener un ambiente tranquilo para él
Mantener a tu mascota en un lugar seguro y tranquilo será primordial para evitar daños. Puedes recostarlo sobre una almohadilla o un colchón, pero siempre en el suelo, ya que si lo dejas arriba de la cama o el sofá puede caerse debido a las convulsiones y lastimarse.
Llevarlo al veterinario antes de su convulsión
Si sabes que tu perro tendrá convulsiones debido a las señales que este te ha dado, no dudes en acudir a tu veterinario para que te asesore en todo este proceso, además de recetarte los medicamentos necesarios para controlar de mejor forma la epilepsia. El veterinario comenzara con una terapia para controlar la epilepsia y medirá la cantidad de fármacos que le correspondan a tu mascota.
¿Qué debería hacer si mi perro presenta un episodio de convulsión?
Si tu perro presenta un episodio de convulsión deberás mantener la calma y llevar a cabo todo lo necesario para evitar daños en tu mascota, con la ayuda de las medicinas que te recete el veterinario todo debería salir bien y no debería existir problemas graves aparentes.
Mantener la calma
Mantener la calma en esta situación es de vital importancia para no cometer errores o descuidos que puedan provocar lesiones o daños en nuestra mascota. Recuerda que la epilepsia no matara a tu mascota y esta durara entre uno y dos minutos como mucho.
Evitar que el perro sufra daños
Mantén a tu perro alejado de todo mueble y objetos que puedan lastimarlo, llévalo a un lugar tranquilo y alejado de toda cosa. También evita posicionar a tu perro a una altura donde pueda caerse y sufrir daños, lo mejor será posicionarlo en el suelo con una almohadilla o un colchón. Nunca intentes sacar su lengua, pues podría morderse por accidente y no queremos que eso suceda.
Dar medicación que recete el veterinario
Existen muchos fármacos que ayudaran a tu mascota a recuperarse más rápido de la epilepsia, entre ellas tenemos el felbamato, clorazepato, pregabalina, levetirazetam, fenobarbital, topiramato, bromuro potásico, imepitoína, gabapentina, zonisamida, etc. Utiliza siempre el medicamento que te recomendó el veterinario para tu perro, con la dosis establecida.