Cómo afecta la toxoplasmosis en los perros – Síntomas, tratamiento y prevención
Aparece más comúnmente vinculada a los gatos, no obstante, este parásito también puede ser contraído por los perros. En sí, se trata de una enfermedad cuyo punto de origen radica en un parásito protozoario unicelular llamado Toxoplasma gondii o T. gondii. Dichos microorganismos son capaces de invadir todo animal vivo, siendo los gatos los únicos huéspedes. Es decir, el parásito consigue completar su ciclo vital exclusivamente dentro del cuerpo del gato para luego ser liberado al medio ambiente por medio de las heces.
Más concretamente, la infección en los perros puede desarrollarse a gran escala conforme los parásitos penetran en el organismo e invaden los tejidos. De hecho, tanto los perros como los humanos son huéspedes intermedios, motivo por el cual el parásito es capaz de vivir en su interior de forma prolongada, pero sin llegar a alcanzar la plenitud de su madurez. Con todo, este parásito logra provocar una infección grave a medida que se disemina en el organismo.
¿Cuál es la vía de transmisión de la toxoplasmosis canina?
Existe una vasta diversidad cuando se habla de las vías de transmisión de esta enfermedad en cuestión, pues los perros pueden contraer el parásito con tan solo entrar en contacto con el mismo, ya sea que ingieran las heces de un gato que haya completado el ciclo del parásito; o que olfateen en la tierra y desgraciadamente esa zona se encuentre infectada.
También cabe la posibilidad que introdujeran alimentos contaminados a su organismo, puede que estuviesen crudos o con poca cocción, o en el caso de las frutas, verduras y vegetales, que no se hayan lavado bien, y de esta forma, quedaran restos de tierra contaminada, y por última opción, que bebieron agua infectada.
De igual forma, pueden contagiarse con solo la acción de matar y comer a un animal infectado, si bien es cierto que esta causa se asocia más a los felinos, conocidos como cazadores natos, los perros también al poseer una naturaleza depredadora, son capaces de cazar animales diminutos como pájaros u otros considerados vectores del parásito de la T. gondii. En este sentido, se concluye que los animales salvajes los cuales acostumbran a cazar y deglutir comida cruda, son los que están en mayor riesgo de infección.
¿Qué síntomas aparecen en los perros que tienen toxoplasmosis?
Se presentan dos condiciones, los perros que tienen un sistema inmunitario débil y los que están fortalecidos, en la primera categoría podemos incluir a los cachorros, los cuales no han terminado de desarrollar por completo su sistema de defensa y los que por condiciones de salud, se vuelven propensos, estos son los caninos que tienen un elevado riesgo de manifestar la sintomatología de la enfermedad.
Lo contrario ocurre con los que tienen su sistema inmunitario en óptimo funcionamiento, donde se distingue más que todo a los perros adultos que mantienen hábitos saludables y no tienen ningún problema de salud con el cual cargar, ellos casi no suelen manifestar ninguna sintomatología ya que sus defensas altas le colaboran en el ataque de la enfermedad, mitigando la diseminación del parásito protozoario.
Aun así, los signos y síntomas más frecuentes que se pueden denotar en el proceso de la enfermedad son la fiebre, diarrea, vómitos, congestión nasal o dificultad para respirar o toser, ictericia, debilidad muscular que al tiempo se puede convertir en una parálisis, disminución del apetito, inflamación de los globos oculares, convulsiones, temblores u otras manifestaciones a nivel neurológico.
Por lo tanto, si advierte algunos de los signos y síntomas descritos, no dude en consultar con su veterinario de confianza con el fin de expresarles sus sospechas y descartar o confirmar el padecimiento de la toxoplasmosis, así como también, prescribir una intervención adecuada.
¿Cómo se diagnostica la toxoplasmosis en los perros?
Primero que todo, una vez se encuentre en la consulta veterinaria, el profesional puede iniciar a preguntarle sobre los antecedentes médicos del canino, incluido su historial, que signos y síntomas ha presentado, cuando o como comenzó a manifestarlos, que estuvo haciendo antes de empezar a denotarlos, todo ello con el fin de ir descartando las numerosas posibilidades o vías de contagio.
Es posible que cuestione de si el canino tuvo contacto con un felino infectado de toxoplasmosis u otro incidente en concreto que pudiera haber provocado la infestación del parásito, tal como cazar animales, consumir alimentos crudos, o jugar en zonas donde haya muchos gatos.
Luego procederá a confirmar las hipótesis a través de exámenes físicos y de laboratorios, tales como los análisis o muestras de sangre, de orina y heces, o líquido cefalorraquídeo, para anular otras afecciones que poseen sintomatologías similares, aunado, confirmar que existe una infección parasitaria, pues solo los síntomas no resultan suficientes para poder diagnosticar la toxoplasmosis.
- Toxoplasmosis crónica: Ocurre más que todo en los caninos de edad adulta que tienen su sistema inmunitario fortalecido, pues al no manifestar una sintomatología en lo absoluto, pueden retener el foco de la infección, la cual hasta es capaz de perdurar por un prolongado tiempo, entre meses o hasta años. Al final, no resulta tan peligroso ni supone una amenaza para el canino portador, pero todo acaba si se encuentra con otros que poseen riesgo, como cachorros y caninos débiles de salud.
- Toxoplasmosis fetal: En el momento en que las hembras se encuentran embarazadas y al mismo tiempo infectadas con el parasito de la toxoplasmosis, resulta todo muy peligroso pues el riesgo de infectar del mismo modo a las crías contenidas en el útero es bastante elevado. Puede darse el caso de que las crías nazcan muertas o con amenaza de muerte, y al cabo de unos días de nacidas, allí si pasen a mejor vida.
¿En qué consiste el tratamiento veterinario contra la toxoplasmosis canina?
Si bien la toxoplasmosis por sí sola produce una enfermedad clínica, el sistema inmunitario es lo suficientemente resistente para impedir que el parásito cause daños, por eso no es tan necesario el tratamiento. Se puede decir al respecto que la mayoría de los perros adultos provistos de buena salud carecen de repercusiones adversas de la toxoplasmosis y por tanto no precisan someterse a un tratamiento.
Ahora bien, en caso de que el perro manifieste ciertos síntomas, un veterinario deberá indicar la toma simultánea de antibióticos para combatir la infección. Y si comienza a tener convulsiones, es posible que le indique anticonvulsivos. Además, si la toxoplasmosis agrava la condición física del perro, será conveniente ingresarlo en el hospital para administrarle una terapia de fluidos por vía intravenosa al igual que una medicación de este tipo.
¿Mi perro puede contagiar de toxoplasmosis a las personas?
En primera instancia, la toxoplasmosis conforma el grupo de enfermedades zoonóticas, lo cual implica la posibilidad de transmisión desde un animal a un ser humano. En cualquier caso, los perros en sí no constituyen un huésped primario del parásito por lo que no hay que preocuparse por su contagio.
La transmisión del parásito al ser humano es más frecuente por la ingestión de carne cruda o poco cocinada que esté contaminada; por no haberse lavado bien tras la realización de trabajos de jardinería; y también por haber estado en contacto con los excrementos de un gato ya infectado.
Se hace una mención especial a los adultos con una carga de salud severa o a las mujeres embarazadas, puesto que la toxoplasmosis no acostumbra a representar ningún problema en adultos con buena salud, en cambio llega a ocasionar síntomas similares a los de la influenza en aquellas personas con un sistema inmune débil. Asimismo, supone un serio peligro para las mujeres embarazadas, pues el parásito es capaz de penetrar en la placenta e infligir grandes trastornos congénitos.
A menudo, los recién nacidos que han estado expuestos a T. gondii experimentan ictericia, crecimiento de los órganos, discapacidades intelectuales, anomalías oculares y convulsiones. Otros pueden morir al poco tiempo de su nacimiento. Para evitar el contagio de toxoplasmosis u otras enfermedades parasitarias, se recomienda a las mujeres embarazadas abstenerse de recoger los excrementos de las mascotas.
Quienes se contagian de este parásito suelen hacerlo por los medios anteriormente expuestos, si además tiene gatos, es preciso que sepa que éstos, a diferencia de los perros, son capaces con sus heces de eliminar el parásito. En consecuencia, es preciso tomar medidas de higiene al momento de limpiar la caja de arena a fin de impedir que su gato pueda contraer el parásito.
¿Existe alguna forma de prevenir que mi perro sufra toxoplasmosis?
Totalmente afirmativo, hay ciertas cosas que se pueden llevar a cabo para evitar que tanto los perros como sus cuidadores sufran de toxoplasmosis, en dado caso que se tenga un gato en casa, es necesario mantener la caja de arena en un lugar donde el perro no pueda acceder a ella, retirar la caja cada vez que el gato evacue, es decir, no dejar acumular los excrementos, y por supuesto, renovarla de forma periódica.
Al momento de ejecutar la limpieza es importante considerar la posibilidad de usar guantes, y si el cuidador se encuentra en estado de embarazo, solo debe determinar las tareas de la caja de arena a otra persona.
Y si no hay gatos alrededor, solo evite de darle alimentos crudos o de baja cocción a los caninos, en su defecto, si se trata de frutas o verduras, hay que asegurar su buena limpieza procurando que no queden restos de tierra, especialmente si son de la propia cosecha y hay gatos; los cuidadores necesitan de utilizar guantes a la hora de salir a trabajar en un jardín, en conjunto se menciona el buen y completo lavado de manos.
La manipulación de la carne es crucial, estamos hablando de que hay que lavar muy bien cualquier utensilio utilizado para cortarla, las tablas, o superficies utilizadas para el mismo fin, y se vuelve a repetir, el lavado de manos al terminar es fundamental.
Por último, mantenga alejada la basura de los perros o bien cubierta, evitando de esta manera que ellos husmeen o cacen animales que es muy probable que estén infectados o contagiados. Y nunca está de más tenerle un seguro a los caninos, pues en caso de contagio, se puede mantener cubierto las necesidades en la enfermedad.