¿Qué es lo que causa que un gato tenga clamidiasis? – Síntomas y tratamiento
Los clamidiasis en los gatos es causada por una infección de origen bacteriano conocido con el nombre de Chlamydophila felis, la cual está estrechamente vinculada con la categoría de una infección respiratoria crónica, específicamente de las vías superiores. Al igual que cualquier enfermedad contagiosa, se adquiere por el contacto directo con otro felino infectado pues la bacteria no suele perdurar largos periodos de tiempo en el medio ambiente.
Una vez infectado el felino, tarda alrededor de tres hasta diez días en poder exponer las manifestaciones con las que cuenta la enfermedad, tales como mucosidad, lagrimas, enrojecimiento de ojos, estornudos y secreción nasal. Afecta sobre todo a los gatos recién nacidos o de menor edad, sin embargo, sigue existiendo un margen de riesgo hacia los de todas las edades.
¿Qué síntomas se presentan en los gatos con clamidiasis?
Los gatos que presentan clamidiasis felina suelen desarrollar un compendio de síntomas aunado a signos clínicos que se reparten entre la afectación de los globos oculares y el tracto respiratorio de las vías superiores, los que incluyen la nariz y la garganta.
De hecho, se han observados casos donde la infección bacteriana llega afectar al tracto gastrointestinal, los sistemas de reproducción y/o genitales, en conjunto con las articulaciones del cuerpo, en un perspectiva severa, se incluye los órganos de los pulmones donde es posible que evolucione hasta convertirse en una neumonía sumamente mortal.
De forma inicial, empiezan a exhibir una secreción ocular, este líquido traslucido con el tiempo se torna espeso y adquiere tonalidades amarillas, y en el peor de los casos, de color verde. Del mismo modo, se notan cambios en su comportamiento habitual, sin contar en las ocasiones donde solo opte por cerrar el ojo que esté infectado, o ambos.
Cuando la enfermedad haya trascurrido un poco más, inician con los síntomas de la fiebre, vomito, pérdida del apetito, mucosidad y estornudos. Es importante resaltar que no todos los gatos que se infectan presentan síntomas, pues algunos solo parecen estar en perfecto estado de salud.
O también puede pasar que los gatos se sometan a un tratamiento, mejoren considerablemente y luego, recaigan con toda la sintomatología que perjudica directamente el tracto respiratorio superior.
Enrojecimiento de los ojos
Al igual que se expuso anteriormente, esta infección bacteriana además de afectar la parte de la garganta y nariz del felino, también involucra la sensible conjuntiva, membrana rosácea que recubre los parpados y el borde de los ojos.
Esta membrana al detectar la presencia de una infección, como mecanismo de defensa, suele hincharse y enrojecer, lo que le da un aspecto de irritación a los ojos y el consecuente color rojo.
Mucosidad y lágrimas
Estos signos los podemos encerrar en el término secreción ocular, el cual sale a flote cuando el organismo detecta la presencia de una lesión, infección y otros problemas de salud, pero en este caso, es debido a la infección de tipo bacteriana.
El diagnóstico diferencial lo obtenemos por el color de dicha mucosidad viscosa y pegajosa que recubre los globos oculares, se detecta que la infección es vírica cuando el líquido tiene tonalidades claras, pero cuando adopta un color amarillo o verde, ya indica una infección bacteriana.
En uno de los indicios de la infección que causa molestias comprometedoras a los felinos, pues esto conlleva a que ellos se rasquen sin piedad alguna, lo que les producirá dolor e irritación a futuro.
Estornudos
Antes que nada, los estornudos aislados y de vez en cuando, no tienen que ser necesariamente algo de qué preocuparse, pues en similitud a los humanos, esta explosión de aire a través de la nariz en conjunto con la boca puede ser una respuesta hacia la irritación de los conductos nasales ante cualquier agente alérgico, inclusive, el solo hecho de que tengan mucho movimiento es motivo para que estornuden.
Pese a lo descrito, si los estornudos son repetitivos o junto a ellos han aparecido otros síntomas, debe acudir al veterinario en busca de esclarecer la causa y atacarla, pues los estornudos son básicamente la principal causa tanto de las gripes y/o refriados comunes, como de las infecciones de las vías respiratorias superiores independiente de si son víricas, fúngica y bacterianas, en este caso, de la infección bacteriana.
Fiebre
Si bien nos acostumbramos a que los felinos estén siempre calientitos y donde se sientan a descansar, dejan una sensación de calor, existe un límite. Se sabe que los gatos mantienen una temperatura corporal más alta que los humanos, la cual ronda entre 100° y 102° Fahrenheit, que llevados a grados centígrados, va más o menos por el rango estrecho de 38 y 39, por lo tanto, en el dado caso que se supere estos números, estamos hablando de la presencia de una fiebre.
Ahora bien, cuando la temperatura rebasa la establecida como estándar, es posible que el felino empiece a manifestar otros signos como el aletargamiento, pérdida de apetito, temblores o que se muestre falto de energía, además no se puede ignorar que corren un gran riesgo de perjudicar los órganos principales.
Este aumento de temperatura resulta bastante común en diversos trastornos y anomalías debido a que está causada por múltiples condiciones que oscilan desde afecciones leves a las dificultosas. Se puede identificar cuando se toca al felino en partes de la piel que no tenga tanto pelaje como las patas, orejas o en la cara, allí es notable sentir calor al tacto.
Pérdida del apetito
Va de la mano con la perdida de la capacidad o el deseo de alimentarse, y como tal, no es una enfermedad sino la señal en sí misma de que existe una anomalía en el organismo. El que un felino no coma durante un par de días puede ser perjudicial para su salud, aunque es verdad que ellos con solo tomar suficiente agua pueden sobrevivir hasta dos semanas, la pérdida de masa corporal y el impacto en otros ámbitos de su salud resultará significativo.
Pese a que nos damos cuenta que los felinos pierden el apetito porque rechazan la comida cada vez que se le ofrece, hay que saber determinar la causa ya que tienden a aburrirse rápidamente de la comida, por ello, se debe tomar en cuenta otros signos y síntomas inusuales.
¿De qué manera se realiza el diagnóstico de la clamidiasis en los gatos?
En la clamidiasis felina en una perspectiva global afecta el sistema respiratorio de las vías superiores y la conjuntiva, de hecho, en este último ámbito radica el signo más significativo y diferencial de la enfermedad, por lo tanto, los veterinarios se valen de pruebas diagnósticas que involucren las muestras del tejido de la membrana conjuntival.
Cuando se hace presente la conjuntivitis producto de la afectación hacia la conjuntiva, se sabe que existe una infección, lo que significa que el trabajo consiste en esclarecer que tipo de infección ataca al felino, de hecho, existe la posibilidad que varias infecciones coexistan en el organismo.
Ante ello, se opta por el PCR realizada en hisopos conjuntivales, este método primero toma una muestra del tejido para luego mandarlo a un laboratorio y que allí sea analizado, en busca de identificar los microorganismos.
De este tipo en general, también se puede utilizar el raspado conjuntival con el fin de determinar la presencia de los antígenos y ADN que compone la clamidia, aunque no es muy común que se realice, figura como una buena alternativa en el caso en que el hisopado resulte negativo.
Los cultivos de líquidos, del mismo modo, son una buena opción que está vinculado con el rapado e hisopado, esta prueba en específico ayuda a identificar el punto de origen de la enfermedad. Y si se da el caso que la enfermedad afecte órganos internos, se tienen las pruebas como las radiográficas para comprobar la presencia de la clamidia.
¿Qué tratamiento debe de llevar un gato que tiene clamidiasis?
El tratamiento de la clamidiasis hasta ahora ha resultado muy eficaz y se basa en la administración de una terapia tópica que consiste en el uso de dos antibióticos, la tetraciclina o la doxiciclina que son los que generalmente se eligen para las infecciones por clamidiasis, estos se suministran de forma oral o de aplicación externa directa sobre los globos oculares.
En este sentido, se hace especial en estos dos pues los demás no se han registrado exitosamente y es que, solo algunos antibióticos son realmente capaces de intervenir en las células que alojan las bacterias.
Este tratamiento con antibióticos se recomienda mantenerlo por alrededor de cuatro semanas, un mes como minino para garantizar que la infección se elimine por completo, una vez que disminuyan o erradique la sintomatología no se debe retirar el tratamiento, es más, se aconseja que continúe durante otras dos semanas pues ha ocurrido que cuando se interrumpe abruptamente el tratamiento se observa un nuevo incremento.
Pasa que con la doxiciclina en ocasiones se necesitan dos dosis de cinco kg o una sola dosis de diez kg, dependiendo de la tolerancia del felino y como actué una vez se le administra el antibiótico, en el caso de que presente vómitos, es mejor irse por las dos dosis. Se sugiere que vaya después de cada comida para que no produzca reacciones adversas en el sistema digestivo del felino.
Por otro lado se encuentra el antibiótico de la tetraciclina donde se administra igual que la doxiciclina pero es importante acotar que su uso trae consigo una serie de efectos secundarios, los cuales atacan más severamente a los gatos de menor edad.
En el caso de que sea imposible administrarle estos dos antibióticos, se debe declinarse por otras alternativas como la enrofloxacina y la pradofloxacina, estos no se pueden utilizar a la ligera, tiene que ser prescritos por un veterinario porque su mala administración puede provocar degeneración en la retina, y en casos extremos, la ceguera aguda.
También existe el tratamiento común para cualquier infección, que consiste en la combinación de la amoxicilina con ácido clavulánico, del mismo modo, tiene un tiempo de duración de alrededor cuatro semanas.
Si existe otros gatos dentro de la casa pero muestran signos es muy posible que estén afectados de forma subclínica, por ello, es mejor administrarles de igual forma un tratamiento para evitar el debilitamiento de los mismos. Una vez que se trate a todos los miembros gatunos que se encuentran en la casa, el riesgo de volver a recaer es mínimo.
¿Cómo puedo prevenir que mi gato sufra futuramente de clamidiasis?
En términos generales, no hay una forma de medida preventiva cien por ciento efectiva que asegure y eviten que los gatos no sufran de clamidiasis pues esta enfermedad es contagiosa y la cantidad de agentes ambientales que contribuyen a mantener la infección es numerosa.
Aun así, existen vacunas que pueden ayudar a reducir la intensidad de la infección, de por sí, no es necesaria ni obligatoria, solo cuando el gato está expuesto a condiciones donde la pueda contraer, por ejemplo, que se encuentre en un refugio de animales. Al igual que todas las vacunas, necesita de refuerzos anuales.
Por lo tanto, espere que su veterinario le sugiera aplicar la vacuna al felino, pero de no ser necesaria, es una dolencia inevitable, mientras tanto, trate de que los gatos no tengan tanto contacto con otros, o salgan con mucha frecuencia la calle, y la limpieza tanto del felino como de su entorno es fundamental en todos los ámbitos.