¿Los gatos duermen más en invierno o es sólo un mito? – Curiosidades felinas

En términos generales, el carácter de los gatos es muy pasivo, tranquilo, no tan agitado y no son tan dinámicos como los perros; ya que incluso no requieren de mucha actividad física más que unas horas de juego al día y una salida de veinte minutos en promedio y listo. Por lo que se les acuña a su peculiar personalidad el hecho de que son flojos o perezosos, cuando en muchos casos es muy obvio, ya que duermen mucho y nos sabemos el por qué sucede esto.

Los felinos pasan gran parte de su día durmiendo y lo hacen en los lugares donde se sienten más cómodos y frescos según el clima que impere en el medio ambiente. Por ejemplo, cuando hace mucho calor, buscarán un refugio fresco, sea el piso o una zona donde haya suficiente ventilación y sombra; mientras que para las épocas frías, irán a descansar en su cama o un espacio de la casa que les proporcione un clima agradable y los mantenga calientitos. Así que nosotros te explicaremos si es verdad o no que los gatos duermen más en el invierno.

¿Cuánto tiempo puede dormir un gato en invierno y que tan normal es esto?

Los lapsos de tiempo de sueño son muy variados entre los gatos, ya que algunas razas de esta especie son más activas y prefieren pasársela haciendo mucho ejercicio en día, corriendo, jugando, saltando, cazando, entre otras actividades. Aunque la mayoría de ellos se toma unos descansos prolongados, donde incluso llegan a caer profundos que hasta a nosotros nos provoca quedarnos a dormir a su lado.

Normalmente, los gatos en edad de cachorros los vemos dormidos prácticamente todo el día, ya que ellos duermen unas 20 horas; donde solo se despiertan cuando tienen hambre, desean ser aseados por la madre, hacer sus necesidades o jugar con sus hermanitos; de resto, se les verá en una siesta tras otra.

Por su parte, ya cuando los felinos están más grandes, en las etapas de joven y adulto, aquí es donde se acentúa su actividad física y las horas de sueño se reduce un tanto más. Sin embargo, no es mucha la diferencia; ellos duermen entre 15 y 17 horas al día aproximadamente; aunque hay algunos casos particulares donde puede ser menos ya que la conducta propia del gato así lo define.

Ahora bien, esto es solo en un día normal; ya cuando llegan las bajas temperaturas y se apodera el frío invierno del clima, muchas de estas mascotas desean dormir más (ya que tienen la capacidad de adaptarse al frío gracias a su pelaje); mientras que hay otros que duermen un poco menos porque aún no logran tolerar muy bien el frío. En cualquier caso, ellos duermen en promedio unas 18 horas diarias, ya que solo se despiertan para tomar un rato el sol, comer, orinar, defecar, jugar un rato y listo.

¿Por qué un gato puede dormir mas tiempo en invierno?

Luego de saber cuánto duermen los gatos en épocas normales y cuando llega el invierno, también es necesario saber el por qué los gatos desean dormir más en dicha estación del año. A continuación, te daremos detalles sobre por qué sucede esto y para qué lo hacen.

Mantiene la temperatura corporal

Los gatos son animales que autorregulan su temperatura; es decir, pueden conservar su temperatura corporal bajo su propia cuenta, lo que les facilita adaptarse a los diferentes climas ya que no dependen de muchos factores sino de ellos mismos.

En algunos casos, el pelaje de los felinos se convierte en su mejor aliado, ya que en la mayoría de estos ejemplares se divide en dos capas, una interna, corta y densa que los protege del frío y; la otra que es externa, más larga y la apreciamos a la vista, la cual hace que su temperatura se regule poco a poco.

Cuando va a llegar el tiempo del invierno, justo unos meses antes, ellos mudan su pelo. En otras palabras, se despojan del pelo muerto y corto que les renace para acoplarse al clima cálido y se les genera uno nuevo por completo, en este es caso más grueso de lo normal, que entre sus fines está el brindarles abrigo y protección en bajas temperaturas.

¿En qué puede afectarle a un gato dormir fuera de casa en invierno?

Son varios los efectos que puede tener el hecho de que tu felino se la pase fuera de tu hogar en épocas invernales, ya que si no está habituado a este clima, su sistema se verá afectado directamente; siendo las dos siguientes complicaciones una muestra de ello.

Hipotermia severa

Al estar mucho tiempo a la intemperie, donde hay fuertes corrientes de aire helado, se nota la presencia de nieve o granizo en las calles; todos estos factores atmosféricos característicos del invierno, harán que tu mascota sea incapaz de autorregular su temperatura ya que no hay fuentes que le propicien calor de manera inmediata.

Por lo tanto, es normal que su temperatura empiece a descender a un ritmo constante y si no lo entramos o él se queda allí afuera, cada minuto que pase será perjudicial para su salud.

En vista de que vaya disminuyendo su temperatura, así mismo se irá enfriando su cuerpo a tal punto que notaremos síntomas de hipotermia tales como la lengua azul, temblores, nerviosismo, ataques epilépticos, entre otros… Donde a medida que pasa más tiempo exponiéndose al frío, los síntomas irán empeorando a tal punto que podrán producir la muerte del felino por la falta de calor en su cuerpo o congelamiento.

Dificultad para respirar

Otro asunto en cuestión, es que para los gatos que no toleran muy bien el frío, el estar recibiendo mucho viento helado y estar fuera de su casa, hará que su respiración sea cada vez más acelerada porque buscan con desespero la circulación de aire caliente hacia sus pulmones, por lo que entonces padecerá jadeo, salivación en exceso y otros síntomas que son vinculados con su sistema respiratorio.

¿Cuál es la forma correcta en la que un gato debe dormir en invierno?

Finalmente, es necesario hacer de tu conocimiento la forma más adecuada en que los gatos gatos deberán dormir durante las épocas heladas, ya que así se mantendrán sanos e irán tolerando y adaptándose mejor a este clima. Aquí te dejaremos algunas recomendaciones y consejos útiles para que logres ejecutarlos en casa fácilmente.

Fuentes de calor

Lo primordial es que le propicies siempre unas fuentes de calor en el interior del hogar. Los gatos buscan rincones de la casa donde esté tibio o haga calor para poder dormir allí cómodamente. Por ejemplo, puedes hacer que la calefacción de la casa mantenga una temperatura agradable para todos los habitantes de la casa y así ellos estén más tranquilos.

También, puedes encender la chimenea y estar allí sentado con tu gato un buen tiempo para que se caliente y vigilar de que no se acerque mucho para evitar así quemaduras. Además, trata de reubicar la cama de tu mascota a un lugar alto (que no tenga contacto directo con el suelo), en un espacio pequeño y cerrado, que cuente con unas sábanas o telas que le den calor y esté alejado de sitios fríos.

Inclusive hay felinos que prefieren echarse a dormir en los carros que hayan en la casa, por ejemplo, entre el motor o en la parte de abajo o sobre las ruedas, ya que esos son los lugares donde se acumula más el calor del automotor. Ellos duermen de una forma peculiar, se enroscan o se duermen en forma de una dona para poder mantenerse caliente; aunque si se trata de una camada, dormirán unos encima de otros para así darse calor entre todos.

Ventanas y puertas cerradas

Conserva tu casa aislada del frío y de la circulación de vientos helados. Para ello, se requiere que mantengas en tu hogar todos los flujos de aire (puertas, ventanas, ventanillas, portones, rejas, etc…) totalmente cerrado; sobre todo en las horas donde se aumenta el frío que es a tempranas horas de la mañana y cuando empieza a caer la noche.

Alimentación regulada

Por otra parte, supervisa que el gato se despierte para que coma y con la alimentación logre adquirir calor su organismo y estar más estable bajo esta condición climática. Trata de darle la comida tibia, de modo que el felino disfrute comerla y se mantenga haciendo una actividad luego de comer para quemar energías, acumular un poco más calor, digerir bien el alimento y a su vez, que no logre acumular grasa o mejor dicho, que no padezca sobrepeso u obesidad.