Blefaritis en los gatos: Qué es, causas, síntomas, tratamiento y prevención

En palabras sencillas, la blefaritis es un trastorno ocular común que provoca la inflamación de los parpados, en términos más precisos, es una inflamación que abarca la epidermis de las partes medias, es decir, todo lo referente al musculo, tejido conectivo y las glándulas, debido a una bacteria o afección cutánea.

A menudo, este padecimiento suele desenlazar una inflamación subyacente en lo que es la superficie interna del parpado, en sí, se manifiesta por el enrojecimiento, irritación y picazón de los mismos, donde aparecen escamas semejantes a la caspa que suele formarse en las pestañas.

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¿Cómo se clasifican los distintos tipos de blefaritis felina?

Hasta ahora en la comunidad médica veterinaria se han registrado dos tipos de blefaritis felina, que surgió de acuerdo al establecimiento de la inflamación en los párpados.

Blefaritis parcial

Este tipo de blefaritis engloba dos sub-clasificaciones aisladas, la primera se denomina blefaritis anterior, puesto que se origina exclusivamente en la parte delantera y externa del párpado, donde emergen las pestañas, se exhibe una irritación en conjunto con ciertos signos característicos como el enrojecimiento e inflamación.

Mientras que la otra, posee el término de blefaritis posterior, este tipo en cuestión es quizás uno de los más comunes debido a su alta incidencia en las consultas veterinarias, el cual ocurre cuando las glándulas sebáceas o productoras de grasa de la parte inferior del párpado fabrican grasa en demasía.

Blefaritis general

Al respecto con la blefaritis general, es la combinación de la blefaritis anterior y posterior, como indica su nombre generalizado, la inflamación se produce tanto en la parte externa como interna del parpado.

¿De qué forma se produce la blefaritis en los gatos?

En términos generales, toda patología responsable de la inflamación de los párpados puede conducir a la blefaritis. Por lo tanto, se puede producir por diversos motivos, entre los más comunes se encuentran las anomalías congénitas, las alergias, las infecciones, los tumores y, de vez en cuando, otros trastornos inflamatorios.

• Anomalías congénitas: Incluyen cualquier enfermedad que acarrea los felinos desde su nacimiento, tales como irregularidades o dobles en los bordes del parpado, pliegues nasales destacados, mal posicionamiento o crecimiento de las pestañas.

De hecho, el dobles del borde de los parpados o entropión es la anomalía congénita que más puede vulnerar a los felinos a desarrollar blefaritis, ya que esta condición puede hacer que dichos bordes rocen constantemente la cornea de los globos oculares.

Aunado, se aprecia que existen razas felinas que por su conformación facial son susceptibles a desarrollar este padecimiento, entre ellos se distinguen los que poseen una cara corta y plana, o los que cuentan con pliegues faciales predominantes entre la nariz y los ojos.

Todo ello les trae en consecuencia, una fuerte incapacidad o dificultad para poder cerrar del todo los parpados. Por nombrar algunos, se describen los gatos persas, himalayos y birmanos.

• Reacciones alérgicas: Existen cuatro niveles de alergia, la primera es la más inmediata, la cual surge de una reacción inmediata y adversa hacia ciertos alimentos, alérgenos inhalados, o picaduras de insectos. El segundo nivel ya es citotóxica, es cuando la alergia es causada por reacciones adversas hacia medicamentos recetados.

El tercer nivel es totalmente inmunocomplejo, donde se añade los trastornos autoinmunes como el lupus y la hipersensibilidad hacia las bacterias; el quinto y último nivel, es mediado por las células, aquí se obtiene una reacción adversa gracias a la hipersensibilidad por contacto o por la picadura de insectos.

• Infecciones de diferentes microorganismos: La blefaritis también se puede producir debido infecciones causadas por organismos bacterianos, víricos, fúngicos o parasitarios, donde predominan los estafilococos, los estreptococos, los virus como el herpes felino tipo 1.

En cuanto a los parásitos se consiguen la sarna sarcóptica, cuterbra o la demodicosis. Mientras que en las infecciones bacterianas, los estafilococos anteriormente señalados pueden causar abscesos localizados de las glándulas de los párpados o infecciones generalizadas de los mismos, asimismo, provocar una reacción alérgica, reconocida con el nombre de hipersensibilidad estafilocócica.

• Lesiones traumáticas: Estas no se quedan atrás, las lesiones como un corte, rasguño, abertura en los párpados o quemaduras químicas pueden originar dicha enfermedad.
• Enfermedades oculares: Particularmente resultan de alta incidencia pues las enfermedades de esta índole suelen derivar en paralelo o en un efecto secundario una blefaritis, entre las enfermedades se pueden distinguir la conjuntivitis, la queratitis o los ojos secos. En determinados supuestos, no es posible establecer una causa subyacente, lo que se conoce como blefaritis idiopática.
• Neoplasias o tumores: Otra de las posibles vías de aparición de la blefaritis son los tumores benignos y cancerosos, así como los adenomas y adenocarcinomas sebáceos, el carcinoma de células y los mastocitos.

Cualquier raza de gatos blancos tiene predisposición a sufrir un carcinoma de células escamosas, una neoplasia maligna cuyo desarrollo tiene lugar en todas las zonas de la piel o de las mucosas, inclusive los párpados.

• Otros: En general, existen muchos otros diferentes factores de riesgo, por lo que se distingue entre las enfermedades que aquejan a los felinos, la diabetes mellitus, agentes corrosivos medioambientales por ejemplo como el humo del tabaco, o un complejo de enfermedades, al igual, que los granulomas neoplásicos eosinófilos.

¿Qué síntomas se presentan en los gatos que tienen blefaritis?

Los gatos que presentan blefaritis pueden presentar una cantidad considerable de síntomas, a veces terminan perjudicados uno o los dos ojos. Por lo general, se observa que el párpado afectado se encuentra enrojecido, hinchado y produce picor. El felino puede entornar o pestañear de manera espasmódica.

A medida que el gato comienza a rascarse o frotarse la cara y los párpados, se genera un traumatismo adicional en los tejidos cercanos. De hecho, puede haber también una supuración del ojo de tipo claro, mucoso o incluso lleno de pus. En caso de que la inflamación haya estado presente durante mucho tiempo, quizá exista una pérdida de pigmento o de pelo.

La superficie de la piel de los párpados suele contener pústulas o escamas rojas, así como pequeñas ampollas o granos. Las pápulas, pústulas y costras a veces son únicas o múltiples.

La glándulas que ayudan a lubricar los ojos, localizadas a lo largo del margen del párpado, se suelen inflamar, y cuando se trata de casos más graves, el proceso de inflamación podría extenderse a una conjuntivitis o a una queratitis.

Molestias como comezón, inflamación e irritación en los ojos

En sí, la blefaritis es una inflamación de los parpados, por lo que obligatoriamente en su cuadro sintomatológico se posiciona la inflamación, que a su vez, produce comezón por la irritación de dicho tejido irritado.

Lesiones en la piel

En muchas oportunidades, esta afección se produce como consecuencia de lesiones en la piel, y al mismo tiempo, puede originarlas como signo y síntoma evidente de la misma.

Las lesiones van a estar ubicadas sobre todo en las zonas próximas del parpado, o en el caso de que se llegase a extender, por la nariz y sus adyacencias.

Alteraciones en su comportamiento

Los felinos al presentar signos y síntomas de enfermedades que incluyan inflamación y picazón, van automáticamente a tener una alteración significativa de su comportamiento, pues son estos signos los responsables de que se tornen agresivos.

Muchas veces, optan por rascar y/o golpear excesivamente con el objetivo de calmar la picazón, al repetir esta acción de forma insaciable, empieza a aparecer el dolor porque la piel del tejido se pone sensible hasta el punto de la escoriación.

¿Cuál es el tratamiento que deben de seguir los gatos con blefaritis?

El primer paso para determinar o trazar un tratamiento adecuado que vaya a atacar la causa principal, necesita de un diagnostico exhaustivo, el cual se lleva a cabo con un examen ocular que esclarezca el grado de severidad en la afectación de los parpados.

Entre los exámenes oculares se incluye la prueba de Schirmer, que ayuda a examinar cómo va la producción de las lágrimas, o simplemente el veterinario puede tomar muestras de las células o secreciones del globo ocular, y de esta forma, identificar si existe un agente infeccioso o cualquier otro microorganismo causando estragos.

Dichas muestras posteriormente deben enviarse a un laboratorio de diagnóstico con el fin de identificar un virus o realizar un cultivo bacteriano y una prueba de sensibilidad para decidir el tipo de tratamiento requerido.

Al sospechar de una alergia, es posible que el veterinario precise de más pruebas para averiguar la causa alérgica en cuestión. Así mismo, ante la sospecha de tumores, habrá que hacer una biopsia que permita comprobar la naturaleza de los mismos.

En el caso de que no exista un motivo evidente para la blefaritis, el veterinario quizá aconseje efectuar unos análisis de sangre para detectar la existencia de una enfermedad subyacente.

Mientras se dilucida la causa, el veterinario debe proponer un tratamiento sintetizado a corto plazo contra la inflamación, como por ejemplo la utilización de paños de calor durante cinco a quince minutos en varias ocasiones al día, o también ejecutar una limpieza de las secreciones oculares.

Y es que cada tratamiento específico de la blefaritis va a estar en concordancia con la causa subyacente de la afección. Las intervenciones quirúrgicas, por su parte, constituyen la opción de tratamiento más adecuada cuando se trata de corregir las anomalías congénitas de los párpados y extirpar posibles tumores ya sean benignos o cancerígenos. Para ello, en algunos casos se deberá remitir a un especialista.

En cuanto a  si el responsable son las infecciones bacterianas, los tratamientos optan por recurrir a utilizar ungüentos, pomadas o gotas tópicas contra las bacterias. Y si son las infecciones virales crónicas provocadas por el herpes, el tratamiento consiste en gotas antivirales en el momento de la aparición de los brotes.

En dado caso la causa principal sea patologías vinculadas a reacciones alérgicas, estas se controlan con antihistamínicos, corticosteroides y otros fármacos inhibidores, y lo más importante, evitando los alérgenos. En el caso de que se diagnostique una alergia alimentaria, la afección puede controlarse exclusivamente mediante un régimen alimenticio.

Si la blefaritis es ocasionada por una enfermedad ocular o cualquier otra secundaria a un trastorno endocrino u hormonal, recibirá un tratamiento sintomático mientras el problema endocrino inicia a controlarse.

Con respecto a los pronósticos relacionados a la blefaritis, estos se basan en gran medida en la causa de la misma. Si el responsable del problema es una anomalía congénita y se corrige quirúrgicamente, se obtiene un pronóstico muy satisfactorio. A menos que la blefaritis esté causada por un carcinoma de células escamosas, en estos casos quizá no sea posible extirpar completamente el tumor.

De todos modos, el tratamiento del cáncer no ha dejado ni dejará de evolucionar, por lo que la combinación de tratamientos con otros tipos de terapia anticancerosa puede ayudar a combatir este problema.

En cambio, si son enfermedades como las del virus del herpes felino, los gatos que la padecen se vuelven huéspedes y portadores del virus durante el resto de su vida e incluso en ocasiones recaen, sobre todo si se encuentran bajo situaciones de estrés.

Ante ello se tiene que con frecuencia, la enfermedad subyacente de muchos gatos con blefaritis es susceptible de ser controlada con tratamiento médico, aunque a menudo no puede ser curada.

Limpieza

La limpieza es fundamental cuando se trata de órganos sensibles y exteriores del organismo como es el caso de los globos oculares, más específicamente, de sus parpados.

Independiente de la causa principal de la blefaritis, la limpieza se lleva a cabo como método provisional, y en combinación con los demás tratamientos. Limpiar los parpados puede ser una tarea sencilla, que lo único que requiere es delicadeza.

Se necesita de varios paños limpios, pues deben cambiarse para cada párpado con el fin de reducir el riesgo de propagar las bacterias de un ojo a otro, la solución que se utilice debe ser de acuerdo a las necesidades y recomendada por el veterinario.

Claro está, no hay que emplearla sola sino que se debe combinar con agua para no hacerla tan concentrada, entonces el procedimiento consiste en colocar un paño húmedo y con temperatura cálida en el dedo índice, luego proceder a aplicar la solución anteriormente preparada.

Para así iniciar a frotar dicha toalla enjabonada en el borde de los ojos o margen del parpado del felino con cuidado de no introducir la sustancia en la retina. Después se debe aclarar el jabón y quitar los restos con otra toallita nueva, de igual forma ocurre con el otro ojo.

Medicamento recetado

El tratamiento de la blefaritis siempre depende de ciertos factores, primero que todo, del tipo de inflamación, si es parcial o general, del mismo modo se toma en cuenta la causa principal o subyacente.

Tras explorar la zona inflamada de los párpados y someterla a diversas revisiones, el veterinario podrá formular una serie de indicaciones, incluidos los siguientes fármacos o medicamentos bajo prescripción facultativa:

• Antibióticos: Más que la administración de fármacos, se recomienda debido a su alta efectividad, el uso de una pomada antibiótica recetada, como la bacitracina oftálmica, en el párpado o el uso de gotas oculares antibióticas.

Comúnmente los veterinarios suelen declinarse con una mezcla de polimixina B y trimetoprima, la cual puede contribuir a disipar por completo la infección bacteriana a la vez que disminuye la irritación. No obstante, a los casos más persistentes se les prescribe un antibiótico por vía oral.

• Antiinflamatorios: Cuando el tratamiento anterior no funciona, es posible que se precise de otros más fuertes, por lo tanto los veterinarios suelen añadir un colirio o una crema con esteroides al plan de tratamiento previamente acordado. De igual forma, se suelen inclinar hacia el uso de los esteroides, con el fin de obtener una reducción de la inflamación.

A pesar de todo, los tratamientos combinados son los que mejor evolución tienen, por ello se prescribe tanto antibióticos como antiinflamatorios para intervenir las afecciones subyacentes o infecciones secundarias.

• Inmunomoduladores: Estos fármacos en especial son empleados por los especialistas para interrumpir y bloquear la respuesta inmunitaria del organismo, lo que produce por consiguiente, una reducción significativa de la inflamación que caracteriza a la blefaritis.

Se han registrado casos donde añadir los fármacos inmunomoduladores, como la ciclosporina oftálmica, ayuda en la intervención de la inflamación, sobre todo en la blefaritis parcial posterior.

• Tratamiento de las causas profundas: Al igual que en cualquier otra enfermedad, es sumamente importante tratar de raíz los principales responsables que originan la blefaritis, además de por supuesto, buscar la vía adecuada para calmar el cuadro sintomatológico.

Una de esas enfermedades, es la caspa, que puede derivar en una afección de la piel, o así como también, las dolencias oculares que hace susceptibles a los felinos de una recaída de blefaritis. En estos casos, lo que indica un veterinario es un champú anticaspa o unas gotas para que los ojos secos puedan hidratarse.

¿Existe alguna forma de prevenir que un gato padezca de blefaritis?

Por desgracia, en la mayoría de los casos de blefaritis, es inevitable prevenir esta afección. Lo que queda es informarse para así poder evitar a toda costa algunos de los factores de riesgo de la blefaritis.

Pero como todo, hay ciertas afecciones que están fuera del control preventivo como son las cutáneas. Aun así, siempre se puede minimizar los síntomas de la blefaritis, donde una buena higiene puede ayudar a controlar considerablemente. Esto incluye el lavado del pelaje y entorno del felino y su cara, el uso de almohadillas calientes para empapar los párpados y la limpieza de los mismos, teniendo en cuentas las medidas necesarias.