¿Qué hago para que mi gato me obedezca cuando le llamo? – Entrenamiento felino

Los gatos son una de las mascotas que se han caracterizado por mantener un grado de inteligencia y astucia que los diferencia de las demás; por ello es muy común verlos en gran cantidad de hogares y sitios públicos en todo el mundo. Al igual que los perros, los felinos son animales que se pueden educar, pero que puede llegar a ser más difícil debido a la independencia que ellos tienen respecto a los caninos.

En este sentido, nosotros te ayudaremos para hacer que tu gato sea obediente a tu llamado y no te ignore por completo cuando le hables (así sucede en la mayoría de casos). Pero para que tengas éxito en esta tarea, se requiere de mucha constancia, persistencia, disciplina, paciencia y evitar entrar en conflicto. Haz que para tu mascota sea algo agradable y edúcalo de una forma eficiente y sencilla, que se adapte según sus necesidades y capacidades.

¿Por qué mi gato no me hace caso cuando le hablo?

Posiblemente son múltiples y variados los motivos por los que el gato no desea hacerte caso, aquí te explicaremos las más comunes que pueden ocurrir. Como primero, podría estar relacionado directamente a su edad; es decir, cuando el felino es cachorro no hará mucho caso ya que apenas se está empezando el adoctrinamiento hacia él y actúan según su naturaleza; aunque si es muy adulto puede presentarse apatía y desobediencia ya porque no desean actuar bien o tienen un problema como la demencia senil que se produce a estas edades.

Otro factor es el cambio de la rutina en el gato (más si se trata de sus horarios de alimentación). Cuando tu mascota no desea obedecerte y tú le has modificado algo que ya tiene por costumbre, esto le afectará debido a que estos animales son muy monótonos y no les gustan este tipo de sorpresas en su vida.

Tampoco es agradable para los felinos el cambio que haya en su ambiente o entorno, esto significa, que si hay nuevas mascotas o personas en casa, entonces tu gato no te obedezca porque en realidad no se siente cómodo y adicional a ello podría padecer de estrés y ansiedad en este tiempo.

Incluso, puede haber algún problema físico que esté alterando su estado de salud y le perjudique finalmente sobre su comportamiento, lo cual hace que cambie drásticamente y tienda a ser agresivo. Por ejemplo, puede haber artritis, infecciones urinarias, traumatismo, dolencias en el cuerpo, pesadez, etc…

Por otra parte, se puede tratar de una acción dominada por el mero instinto felino el que ocasiona su desobediencia; esto ocurre cuando hay estrés o ansiedad, sus necesidades no se encuentran satisfechas, desea llamar nuestra atención, se comporta de forma natural e independiente, entre otras opciones. También pasaría por su impulso a cazar y se debe calmar de una forma correcta mediante un juego que lo aplaque.

¿Se puede entrenar a un gato como hacemos con los perros?

Existe una amplia diferencia entre felinos y caninos, los primeros son más independientes y no desean agradar a nadie más que a ellos mismos y en muchas ocasiones prefieren pasar tiempo solos y que nadie les interrumpa. Mientras que los perros por su parte, sí desean pasar la mayor parte del tiempo posible con su familia y otras mascotas que hayan en casa, además que pretenden agradar y son más fáciles de educar que los gatos.

Por ello, el entrenamiento que se tenga con los perros es muy poco probable que tenga un resultado beneficioso en los gatos. Debido a su conducta y carácter se hará más complicado enseñarles a obedecerte, así que deberás ser muy paciente y buscar métodos atractivos que lo estimulen y motiven para que al fin logre comportarse de la forma en que tú deseas y le hayas enseñado.

¿Es posible que mi gato no me quiera y por eso no me obedece?

Cuando un gato muestra apatía y por eso no le gusta rondar cerca de ti, ni que le acaricies o él pasar por tus piernas o jugar con tus pertenencias ni actividades normales que demuestran el afecto de tu mascota hacia ti que eres su amo; esto es una clara señal de que el felino no te quiere y repela cada cosa que sea tuya.

Bajo estas circunstancias, la independencia de tu gato será cada vez más marcada y consolidada, por lo que tampoco tratará ni se esforzará por agradarte en ningún aspecto; sino sucederá todo lo contrario, será desobediente, rebelde, perezoso, apático y demás características negativas que a su vez generan deficiente el educar o esperar que el felino obedezca tus órdenes.

¿Qué puedo hacer para que mi gato me obedezca cuando le hablo?

Ahora bien, si quieres que tu gato sea obediente y realice las asignaciones que le hagas, entonces es el momento adecuado para que lo enseñes. Para esto, se necesitan algunos elementos y estrategias sencillas, además de constancia y paciencia para ver buenos resultados.

Refuerzos positivos

Una de las acciones más utilizadas y que son realmente garantizadas para estas situaciones es acudir a recompensar a nuestro felino justo en el momento en el que está haciendo bien una actividad, de modo que se pretenda repetir esta acción. Entre los premios que puedes emplear está su comida favorita, una golosina, un juguete nuevo o su preferido, pienso o caricias.

La clave para tener éxito con este método está en ser constantes y estar al pendiente de las buenas acciones que realice nuestra mascota en casa y otros lugares, además de otorgar el premio de inmediato al acto, porque así nuestro felino se confundirá si se le da tiempo después. Con ello será mucho más fácil adiestrarlo y aprende mucho más rápido a obedecer.

Sin castigos en gatos

Los castigos físicos, regañar verbalmente o intentar agredir son actos que van en contra de los principios de un amante y cuidador de animales, además de que en el caso específico de los gatos es algo totalmente inútil; ya que en realidad no entenderán el mensaje que les quieres dar con esta señal y lo que genera más bien es la desconfianza, estrés, ansiedad y agresividad en el gato.

Por ende, lo ideal es que cuando lo veas haciendo una acción que no te guste o no sea buena conducta, debes dirigirte hacia él con un tono de voz suave pero con firmeza y decirle ‘NO’ o ‘alto’ para que deje de hacer lo que está haciendo y nos obedezca. Generalmente, aplica para cuando lo vemos treparse a los muebles, subir a la mesa de la cocina, sobre la cocina, arañar paredes y otras cosas más…

Redirige sus impulsos

Entonces, cuando veas un comportamiento inapropiado o fuera de lugar en tu mascota, trata de buscarle una alternativa que tranquilice su impulso y lo redirecciones hacia una buena conducta en el animal.

Por ejemplo, si ves que el gato araña varios lugares con mucha frecuencia, debes buscarle un rascador y ubicarlo en un solo lugar para que se vaya acostumbrando; también sucede con las mordidas a distintos objetos de la casa, por lo que podrás darle un juguete o peluche que pueda morder sin ningún problema y al mismo tiempo su necesidad sea satisfecha. Otro caso es si le gusta treparse a grandes alturas, entonces podrías construirle o comprar un gimnasio para él con distintos niveles distantes del suelo.

Trucos que le puedes enseñar a un gato fácilmente

1. Dar la pata o saludar es lo más sencillo que podrás enseñarle a tu gato, solo basta con tener un premio escondido (golosina o pienso) y cuando te de su pata (expresando una palabra clave como ‘saluda’ ‘di hola’) y le recompensas de inmediato.
2. Que de vueltas sobre sí mismo es otro truco muy fácil. Para ello también debes tener el obsequio en la mano y señalarle o dibujarle en el aire círculos que ronden sobre él, a medida que vaya dando una o dos vueltas completas, entonces allí sí le das el premio.
3. Enseñarle a que se siente podrías aplicarlo con una palabra ‘siéntate’ o ‘sentado’ señalando con tu mano al suelo y hasta que él lo haga podrás darle una golosina.
4. Hacer que venga cuando lo llamas será otra tarea más, aquí con utilizar un lindo nombre para gatos y llamarlo, cuando llegue le puedes acariciar como señal de una recompensa.
5. Una actividad más difícil para también impresionante es enseñarle que se eche totalmente y ruede ahí. En este caso, implementa una golosina rica para concentrarlo más, le señalas primero el suelo y le indicas con ‘échate’ para que se tire al suelo; después le señalas con la mano para que de las vueltas y al final le das su regalo.