Qué síntomas se presentan en los gatos con otitis y cómo tratarlos correctamente

La complejidad que caracteriza a los oídos de los gatos es extraordinaria, y es de hecho, la que hace posible que los gatos capten ondas sonoras superiores a los 60 kilohercios, lo que supone un aumento considerable de los niveles de audición en comparación con los humanos. Dado lo intrincado de sus oídos, suelen ser susceptibles de padecer numerosas infecciones y otros problemas.

Estas infecciones, comúnmente designadas como otitis, constituyen el principal motivo de infección en los felinos. La otitis se puede producir en un oído o en los dos, y puede ser un problema de aparición súbita o crónica. Aunque la gravedad de estas infecciones difiere la mayoría de las veces, en ocasiones llegan a provocar daños severos a la salud o sordera en caso de no ser tratadas a tiempo.

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¿De qué manera es que se clasifica la otitis que sufren los gatos?

En términos generales, la otitis tiene una clasificación de acuerdo al lugar donde se encuentra la infección en el oído, o si la infección ha sido propagada ante la existencia de complicaciones. Por lo tanto, se parte de lo superior, que comprende la parte externa del oído, hasta lo más profundo, que abarca la parte interna del oído.

Otitis externa

Básicamente, se denomina otitis externa a cualquier infección de la parte superficial del oído. De forma general, esta infección solo se hace visible cuando ha evolucionado lo suficiente como para que se acumule un exceso de cerumen afuera del oído.

En los felinos, la otitis externa es un padecimiento cutáneo que se repite continuamente en la práctica clínica veterinaria del día a día. Con frecuencia, la afección de los oídos provoca un intenso dolor y picor, los cuales se perciben  cuando los felinos empiezan a sacudir la cabeza y a rascarse con fuerza, al punto de la escoriación.

En el dado caso de que la condición se vuelva crónica, su control de forma significativa será un poco más complicado. Por consiguiente, es preciso detectar y eliminar las causas principales de este problema en los oídos, o bien controlarlas de manera permanente.

Este tipo de otitis supone un conflicto multi-causal en donde el principal responsable de su aparición no es otro que las reacciones alérgicas, la cual acostumbra a estar asociada a infecciones de origen bacteriano.

Mantiene dos tipos de sub-clasificación, donde se incluye la otitis externa aguda y crónica, la primera por su parte, trata de un aumento súbito de los niveles en la sintomatología, sus casos son extremadamente dolorosos y la propagación latente.

Mientras que la segunda encierra los casos de gravedad, donde no se ha abordado la causa principal de la infección ni tampoco se ha aplicado una intervención veterinaria adecuada, por ello, los síntomas por lo general suelen empeorar. Y ya cuando se opta por administrar tratamientos, se produce la famosa resistencia hacia los medicamentos, haciendo la afección irreversible.

Otitis media

Este tipo de otitis se posiciona en un estadio ligeramente avanzado, puesto que el oído medio se encuentra comprometido, esto es, esa parte del oído localizada por la parte posterior del tímpano.

Así, es posible apreciar la disminución de la audición en los felinos y, a su vez, desembocar en más problemas a nivel corporal, como por ejemplo, la pérdida de equilibrio, la debilidad visual o la parálisis facial.

Otitis interna

Por último y de mayor riesgo, se encuentra este tipo de otitis, que aparece cuando la afección alcanza su límite y donde la gravedad es alta, lo que provoca, por consiguiente, la total desaparición de la audición y el sentido del equilibrio, ante ello, las mascotas en esta condición quedan inmovilizadas, lo que en términos médicos recibe el nombre de ataxia.

¿Cuáles son las causas más frecuentes por las que los gatos padecen otitis?

Como se enfatizo al inicio, los oídos de los felinos son partes del organismo que poseen cierta complejidad, lo que le otorga de igual forma, una vulnerabilidad, pues es posible considerarlo un conducto que puede permitir el fácil acceso de agentes nocivos para la salud ya que las infecciones empiezan superficialmente en el exterior hasta alcanzar el interior.

Dichos agentes abarcan desde microorganismos, malas limpiezas hasta pequeños objetos ajenos al oído que podrían causar una irritación en conjunto con la inflamación de los mismos.

Inclusive  se pueden incluir las condiciones ambientales y las de temperatura, pues los felinos que se encuentran constantemente expuestos a una humedad, desarrollan la proliferación de bacterias y hongos que previamente se hospedaban en el oído.

Ácaros

Los ácaros en si representan una plaga difícil de erradicar, y además de ser los principales responsables de muchas enfermedades en los felinos, también influyen en las infecciones de oído, inician creando problemas en la parte externa.

Dicha infección podría acabar localizada en el oído interno y provocar en consecuencia riesgos de infecciones bacterianas en el organismo. Es más, la causa más común de otitis externa es la presencia de ácaros en ellos.

Estos parásitos son capaces de producir una variedad de signos y síntomas, donde se incluyen el pus o secreciones de tonalidades oscuras, prurito, además es posible denotar que el felino sacuda su cabeza de lado a lado.

Los felinos proclives a padecer otitis principalmente por esta causa son los gatos que se encuentran en sitios de cuidado de mascotas o los de situación de calle. También puede ocurrir que en el momento que se introduzca un gato callejero a la casa, el gato ya establecido se infeste gracias al nuevo integrante.

Es importante expresar que los ácaros se establecen en el oído, buscando hospedarse en los canales auditivos, esto irremediablemente va a generar infecciones subyacentes con las bacterias y levaduras que se encuentran en el oído, luego ellos pueden optar por salir.

Así pues, no hay nada que temer si en el momento en que se realice un chequeo médico no se percibe la existencia de los ácaros, pues la infección originada seguirá permaneciendo.

Alergia a alimentos o atopia

Los gatos que entran en la etiqueta de atópicos son los considerados sensibles a la mayoría de alimentos, en su totalidad, se derivan sobre todo de reacciones alérgicas hacia los mismos, este tipo de causa en la otitis no es tan común como se imagina.

Aun así, su incidencia sigue siendo significativa y es una causa potencial para desarrollar dicha infección. Por ello, se tiene que la afectación del oído puede preceder tanto de una causa colateral de una alergia cutánea o que los signos y la única manifestación sean específicamente los oídos.

Crecimiento descontrolado de levaduras

Cuando se trata de una infección en los oídos originada por el crecimiento de levaduras, esto refiere directamente a una afección subyacente que afecta la piel o el oído, aquí se nombra la más frecuente, que es la levadura Malassezia.

Si bien es sabido que los oídos mantienen en sus conductos auditivos, organismos como levaduras, cuando se presenta otra enfermedad tal como el hipotiroidismo, enfermedad de Cushing o reacciones alérgicas cutáneas, se produce un aumento desenfrenado de dichos microorganismos que terminan afectado el oído.

Las levaduras son quienes proceden de las infecciones de origen fúngicas en la mayoría de los gatos callejeros, y en menor proporción en los gatos domésticos, ellas pueden presentarse como saprotrófos o parásitos, y hacen uso de organismos enfermos, débiles, en condiciones no optimas para poder alojarse.

E inclusive, se han registrado casos donde las mismas invaden huéspedes sanos, lo único certero es que se dirigen a producir infecciones a nivel cutáneo y en cualquier lugar que contenga secreciones.

Pese a que los agentes más comunes como los virus y bacterias son siempre los responsables de provocar la manifestación de muchos síntomas desagradables para todo el que lo sufre, las levaduras también son capaces de producir una sintomatología semejante.

En especifico se distinguen dos tipos de hongos que pueden originar infecciones fúngicas en los felinos; entre ellos se observan la Malassezia y el Blastomicosis.

El primero se establece en la piel y orejas de los felinos callejeros y domésticos, de cualquier raza, en el momento en que se inicia un crecimiento excesivo por condiciones no tan saludables, dicho aumento puede causar la inflamación en las zonas de resguardo de la levadura.

La blastomicosis, por su parte, se origina directamente por los  hongos que se encuentran en el suelo, son de fácil transmisión, por ello al tener contacto con ellos, la propagación es inminente. Ahora bien, la blastomicosis es más frecuente en los caninos que en los felinos, de todas formas, esto no exime el riesgo.

Aun así, los gatos que lleguen a inhalar estas esporas de hongos en su fase unicelular, pueden enfermar o no, en dado caso de que si enfermen, lo más habitual es que desarrollen una cantidad de signos y síntomas molestos, tales como las lesiones cutáneas, estornudos, fiebre, entre otros.

Neoplasias de las glándulas ceruminosas

En un intento de dar una pequeña definición sobre a qué se refiere exactamente el termino neoplasias, podemos encontrar, que son un crecimiento anormal de las células, cotidianamente conocidas como tumores, por ende pueden ser  cancerígenas o benignas.

Por ello, cuando se habla de una neoplasia de las glándulas ceruminosas, se está haciendo referencia a la cistomatosis, es decir, dichas glándulas se convierten en quistes. Se presentan como lesiones focalizadas de tonalidades azules, aunque no se esparcen pueden establecerse individualmente o en grupos.

La neoplasia de estas glándulas puede desarrollarse en cualquier parte del tímpano, a lo largo de los conductos auditivos, sobre el pabellón auricular o en la base y/o platina del oído.

Esta neoplasia como tal es un síndrome que causa lesiones en el oído, y produce enfermedades subyacentes como la otitis de tipo externa, y no al contrario, pues no se ha registrado ningún caso donde la otitis desencadene lesiones, que a la larga se convierta en una formación de quistes en los oídos.

Si los quistes poseen un diámetro pequeño, por lo general no desarrollan ninguna sintomatología, pero cuando crecen en tamaño son capaces de ocluir de forma parcial los conductos auditivos y, en consecuencia, crear una acumulación de residuos, la cual es predisposición de la otitis.

Así como también, predispone un ambiente apto para promover la proliferación desenfrenada de bacterias y levaduras. Al ocurrir todas estas posibilidades, el oído inicia a presentar un cuadro sintomatológico que está vinculado con el desarrollo de dichas infecciones.

Si se da la oportunidad de que el tumor de estas glándulas ocluya por completo los canales auditivos, los residuos acumulados podrían terminar perforando el tímpano y dar pasó a una otitis interna.

Pero si esa oportunidad no se da, los quistes pueden llegar a ser tolerables y no necesariamente requerir tratamiento, de hecho, estas neoplasias se consideran irreversibles a menos de que se recurra a una intervención quirúrgicacomo la criocirugía o la eliminación con láser.

En sí, proceder a ejecutar solo una cirugía no es viable, aun así, existe la resección quirúrgica que abarca la supresión de la mayor cantidad posible de tejido quístico con instrumentos como las pinzas o, en su defecto, la realización de una biopsia.

Después del procedimiento, los veterinarios suelen prescribir fármacos con esteroides durante el lapso de tres a cuatro semanas para la erradicación total, tenga en cuenta que el rebrote es inevitable, de hecho, su incidencia es significativa.

Por otra parte, la extirpación con láser se aplica exclusivamente en la base de la neoplasia de las glándulas, por este motivo, se considera una de las mejores alternativas para eliminar el tejido de raíz y que reduzca considerablemente la incidencia de un rebrote.

Por último, si las lesiones se producen fuera del alcance para poder aplicar la intervención quirúrgica, no queda de otra sino considerar la mutilación de la oreja con el fin de resolver el problema, antes de que produzca más infecciones y represente un riesgo para el felino.

Trastornos autoinmunes

Al hablar de trastornos autoinmunes, primero se debe explicar que es el sistema inmunitario quien es el que claramente resulta afectado, dicho sistema trabaja jornada completa y en secreto, siempre buscando cualquier agente que quiera invadir el organismo, para proceder a atacarlo e impedir consecuencias negativas a futuro.

Ahora bien, puede ocurrir que este sistema de defensa en un error identifique el propio organismo como un agente invasor e inicie el auto-ataque, este último se denomina reacción autoinmune.

Cuando nos referimos a los trastornos autoinmunes como la causa principal de la otitis, realmente atinamos a la reacción que tiene lugar en el oído interno de los felinos.

Estas defensas pueden atacar tanto a un solo oído como a los dos, y al mismo tiempo, desarrollar más reacciones en alguna otra parte del cuerpo, o también atacar el organismo completo, incluyendo el oído.

Dichas reacciones autoinmunes generan una acumulación excesiva de residuos, independientemente de si el oído resulta afectado o no, pues el ataque desemboca en una gran cantidad de residuos siendo trasportados por medio de la circulación.

Entre los trastornos autoinmunes que la mayor posibilidad de afectar al oído se distinguen el síndrome de Cogan, la poli-condritis recidivante, la poli-arteritis nodular, la granulomatosis de Wegener, el lupus, la colitis, el síndrome de Sjogren y, en menor incidencia, la artritis.

Hay varios aspectos que resultan perjudicados luego de originarse una reacción autoinmune en los oídos, entre los más comunes se encuentra la disminución de la capacidad auditiva y problemas a nivel del sistema vestibular, el primero es considerado como la consecuencia principal de un problema autoinmune.

A su vez, el sistema vestibular, el cual se conforma por el oído interno y algunas partes del cerebro, puede experimentar diversos cuadros clínicos tales como la pérdida del control ocular y en el equilibrio, la intensidad o grado de dicha perdida, de si afecta los dos oídos o desata  problemas en las funciones fluctuantes.

Por ello, cuando se presenten signos y síntomas asociados a una afectación del sistema vestibular, es muy probable que nos encontremos ante un trastorno autoinmune. Aquí figura el diagnostico diferencial, donde por desgracia, realizar uno del trastorno autoinmune como causa principal en la otitis interna es extremadamente dificultoso.

Ya que puede ocurrir que se presente en conjunto con problemas en diversas partes del cuerpo, puesto que los trastornos autoinmunes se caracterizan por afectar no solo una área en especifico.

Aunado, en los tiempos actuales todavía no se ha descubierto ni inventado una prueba diagnóstica que se pueda utilizar con total seguridad en este tipo de problemas o causa principal. Las que existen y están en uso suelen ser ambiguas y no tan precisas en su diagnostico, lo que queda el ensayo y error a través de tratamientos farmacológicos.

Infecciones bacterianas

Las infecciones bacterianas como causa principal de la otitis es el agente más común en la tabla de incidencias debido el oído como tal ya cuenta con bacterias y levaduras que son totalmente naturales.

Pero que la introducción de un objeto extraño, semillas, humedad o cualquier otro agente es capaz de generar la proliferación en demasía de las bacterias, y esto produce en consecuencia, una infección.

Todo ellos crean el ambiente perfecto para originar una infección en el oído medio o interno, aunado se encuentran los problemas subyacentes que de igual forma desarrolla.

Entre las infecciones secundarias se encuentra la ya nombrada infección de levaduras por la malassezia pachydermatis o por estreptococos. Esto a su vez, genera una inflamación que impide el paso de los residuos de cerumen, lo que desemboca en una acumulación excesiva del mismo.

Presencia de pólipos

La presencia de pólipos también clasifica como una causa principal de la otitis de tipo interna, esto ocurre al haber presencia sobre todo de pólipos benignos en los canales auditivos.

Los pólipos se pueden definir como esas lesiones de origen desconocido que producen inflamación en el lugar donde se establecen, se producen con alta frecuencia en los gatos jóvenes, de forma unilateral, aunque también existen los casos donde se produzca pólipos bilaterales.

Los pólipos se establecen en el revestimiento del tejido epitelial de la cavidad que rodea el tímpano, y se suelen propagar hasta el conducto auditivo que conecta con la faringe. También cabe la posibilidad de que se extiendan hacia ambas direcciones, interior y exterior del oído.

El cuadro sintomatológico vinculado a los pólipos auditivos incluye que los felinos estén todo el día sacudiendo su cabeza, rascando sus orejas, mantengan la cabeza inclinada, pierdan el control de su equilibrio, o padezcan un síndrome de Horner.

¿Cuál es el cuadro sintomático de los gatos con otitis?

Por lo general, las infecciones en el oído se caracterizan por generar mucho dolor y malestar general en el felino que las padece, sus conductos auditivos se ponen sensibles y les produce piquiña.

Lo que origina la conducta de estar rascándose o dándole una patada a las orejas sin cuidado alguno en busca de calmar dicha picazón y al mismo tiempo, de eliminar los restos que allí se atascan.

Ante esto, los oídos se inflaman y adquieren un color rojo, para luego emanar un hedor bastante desagradable debido al líquido retenido, que posteriormente se convierte en secreción de color negra o amarilla.

Pero todo ello va a depender de la severidad y esparcimiento de la infección en el oído, se ha visto el caso de que los felinos no manifiesten ningún signo o síntoma externo, pero la enfermedad se puede advertir porque los gatos se muestren reacios a deglutir sus alimentos, o estén reacios a abrir su boca, el bostezo les supone una pesadilla.

No solo se van a inclinar hacia el lado de la oreja infectada sino que también pueden inclinarse, caerse o rodar por el desespero de calmar lo que le aqueja en la oreja infectada.

De igual forma, es visible una descoordinación en el equilibrio, dificultándole su caminar, inclusive puede que empiece a caminar en círculos y tambaleen, en el caso de que los dos oídos se infecten, su cabeza puede empezar a balancearse como un sube y baja, y les es imposible mantenerse en sus cuatro patas.

En casos extremos, la perdida de la audición es inevitable, por lo que su gato podría no escuchar ninguna orden u situaciones que lo exponen al peligro.

Rascado excesivo

Como se expuso anteriormente, el rascado excesivo de la oreja/as infectadas proviene del picor que provoca la inflamación por acumulación de cera que caracteriza la otitis, esta sensación irritante hace que los felinos busquen una vía de alivio a través del golpe o rascado.

Después de rascarse sin cesar, es posible que los felinos experimenten un dolor y/o sensibilidad en las zonas inflamadas de los oídos.

Su canal auditivo se encuentra enrojecido, inflamada y con presencia de pus

Esta descripción de signos y síntomas aluden a una ruptura del tímpano o una infección del oído de tipo medio, sobre todo por la presencia de pus, dicha secreción es con frecuencia espesa y, en ocasiones viene acompañada de hemorragias.

Además, el que el canal auditivo se encuentre enrojecido e inflamado, solo es un signo evidente de infección en el oído, ya sea en los conductos, el revestimiento de los tejidos o en la base del mismo. Ante el desarrollo de este cuadro, se debe acudir inmediatamente a una consulta veterinaria.

Mal olor en los oídos

Generalmente las infecciones en los oídos felinos suelen tener olores asociados, por ejemplo, las que son causadas por bacterias en su ciclo unicelular  poseen un fuerte hedor a humedad, aquí nos referimos directamente hacia la infección por parte de las levaduras.

Cuando la infección es producida por la infestación de ácaros en el oído, es usual observar un material en tonalidades marrones, y además, percibir malos olores, por ello, si se acerca a los oídos de un felino que se encuentra infectado es posible que emanen un olor fétido y al mismo tiempo, dulce.

Realmente los olores van a depender de las bacterias u otros agentes involucrados, como las reacciones alérgicas, los pólipos, tumores o cuerpos extraños, entre otros.

Se encuentra irritable, agresivo o de mal humor

Las infecciones del oído, como la otitis, son una de las tantas afecciones que produce un dolor punzante, sus efectos propicia todas las condiciones para poder causarlo, por lo que los felinos responden a ello con agresión, irritación y mal humor.

Ese es el real motivo de que los felinos al tener una infección, cambien su estado de ánimo, cualquier gato que solía ser tranquilo y cariñoso se volverá agresivo, y el que ya era arisco, se pondrá todavía peor.

Hasta el felino más cariñoso y mansito se vuelve agresivo con el desespero y la frustración de poder quitar el dolor que le perjudica su organismo, y hay que tener esclarecido que esto no solo ocurre en la otitis, sino con cualquier otra enfermedad.

El único requisito es que provoque dolor y por consecuencia, agresión, irritación y mal humor, tales como la enfermedad de la tiroides, abscesos, artritis y, en realidad, se puede seguir infinitamente.

Mueve mucho la cabeza hacia los lados

Este signo y síntoma de forma aislada solo puede indicar un problema y anomalía a nivel del sistema vestibular, ya que si un gato mueve mucho la cabeza hacia los lados, representa una condición médica grave que subyace a un trastorno vestibular.

Por lo tanto, si el felino con frecuencia empieza a inclinar su cabeza hacia un lado de su cuerpo, manteniéndose todo el tiempo alejado de la orientación del tronco y las extremidades, esto apunta hacia el desequilibrio.

Y como bien se sabe, el sistema vestibular comprende la unión del oído interno con el cerebro, por ello, se saca la impresión diagnostica que prescribe la infección del oído como la responsable principal de que los gatos sacudan excesivamente su cabeza.

También se debe tener en cuenta que las infecciones de oído producen un intenso picor, esto produce en consecuencia que los gatos quieran sacudir su cabeza.

Pérdida de la audición

Cuando hablamos de la perdida de la audición en los felinos, automáticamente nos trasportamos a una situación crónica de la enfermedad, pues este signo y síntoma es el más severo e irreversible.

En términos concretos, la sordera se produce por la obstrucción completa de los conductos auditivos, esto ocurre básicamente porque la inflamación alcanzó su punto máximo, que se produjo una otitis media e interna. Que la acumulación de los residuos es tanta que ha tapado los conductos en su totalidad, o se ha dado el caso de registrar daños en los huesillos localizados en el interior de los oídos.

Pérdida de pelo cerca de la zona afectada

La perdida de pelo, en términos médicos referida como alopecia, es como lo indica su nombre, la pérdida parcial o completa de pelo en zonas determinadas del cuerpo de los felinos. Ahora bien, hay dos razones popularmente conocidas por la que los gatos pueden perder pelo en dichas zonas.

La primera es cuando hay presencia de infecciones en el organismo, ya que cuando se hacen presentes estas enfermedades es usual que el lugar  afectado tienda a perder pelo. Los agentes causantes, bacterias u hongos, son microorganismos especializados en la alopecia.

La otra es cuando sienten dolor, donde de igual forma se ve implicada las infecciones de oído, debido a que los gatos suelen lamer excesivamente la zona infectada para obtener un efecto placebo. Dicho lamido trae consigo la pérdida paulatina del pelo.

¿En qué consiste el tratamiento que siguen los gatos con otitis?

En los gatos, las infecciones de oído son controlables, por no decir que son totalmente curables, siempre y cuando se diagnostiquen de forma correcta o se traten a tiempo. Sin embargo, cuando no se identifica la causa precisa, la infección tiende a ser recurrente y transformarse en un serio problema crónico.

Entre las pruebas diagnosticas mas recomendadas en la identificación de las infecciones de oído se encuentra el examen otoscopio y la citología, pues a partir de sus resultados, los veterinarios pueden determinar la vía que mejor se adecue a las necesidades y causa principal de la infección.

Aun así, la parte más fundamental de la evaluación de un gato afectado por una infección del oído es identificar la enfermedad subyacente, dado que las infecciones primarias del oído son poco comunes en los gatos, aunado,  la otitis colinda con muchas otras enfermedades, de hecho, en ocasiones es la misma infección de oído quien figura consecuencia de otra enfermedad.

Si llegase el caso de no identificar la enfermedad subyacente, nos arriesgaríamos a sufrir altas probabilidades de obtener una respuesta negativa al tratamiento, u ocurrir algo peor, como que el gato responda de forma parcial y en el momento en que se suspenda la medicación, vuelva a recaer.

De los tres tipos de otitis que existen, la interna es de las infecciones mas graves, ya que aquí es usual observar que los gatos adquieren dificultades para poder comer y beber como acostumbraban. Si este tipo de comportamiento persiste, la mejor intervención es la hospitalización para administrar una terapia de fluidos por vía intravenosa ya que la deshidratación es inminente.

Además, es esencial sedar o anestesiar a los felinos cuando se piensa llevar a cabo una examinación del oído afectado, independientemente de si se realiza para descartar o afirmar la existencia de un cuerpo extraño alojado en el interior del canal auditivo, y si resulta que existe, el tratamiento consistiría en extraer dicho objeto.

O si se realiza solo para ejecutar una limpieza adecuada, y así ir eliminando manualmente los residuos acumulados; dicha intervención es fundamental en cualquier tratamiento donde se encuentren afectados los oídos.

Los veterinarios también optan por prescribir una medicación específica para las bacterias u hongos, estos fármacos van eliminando los residuos y al mismo tiempo, atacan la causa principal de la afección. En ocasiones puede ocurrir que se identifica más de un tipo de infección, lo que requiere el uso de múltiples medicamentos.

En este tipo de otitis es común observar en el felino una incapacidad de mantener el equilibrio, por lo que los veterinarios recomiendan restringir la actividad física en el trascurso del tratamiento farmacológico para prevenir lesiones peligrosas debido a las constantes caídas. No se les debe permitir el acceso a las escaleras ni lugares altos pues la caída provocaría graves consecuencias.

En esporádicas oportunidades, es posible que los felinos experimenten la sensación de nauseas, si esto llegase a pasar, se debe alimentar con la mano de forma temporal ya que en el momento que intente alcanzar su tasa donde usualmente come, es posible que incite dichas náuseas.

En el caso de la otitis externa, esta no es tan grave pero si se ignora su existencia, podría evolucionar y expandirse hacia el oído interno, por lo tanto, si un gato desarrolla una otitis externa recurrente, se debe accionar buscando una causa subyacente como ácaros o trastornos autoinmunes, quienes son las enfermedades más frecuentes que causan dicho tipo de otitis.

Farmacológico dependiendo el origen

Como se ha estado repitiendo en los párrafos anteriores, tratar directamente las causas o enfermedades subyacentes resulta fundamental en los tratamientos por infección de oído. Por ello, el veterinario prescribe fármacos adecuados de acuerdo a las necesidades.

Dichos fármacos se suelen administrar directamente en el oído y por vía oral dependiendo del caso en cuestión, los utilizados para una infección bacteriana son los antibióticos como la amoxicilina, clavulanato, enrofloxacina, clindamicina o cefpodoxima, estos se prescriben con un tiempo de duración de seis a ocho semanas en los casos leves.

Si la infección es de naturaleza fúngica, ya se trataría con fármacos antifúngicos, donde casi siempre es el itraconazol, puesto que ha registrado con éxito muchos curas de infecciones de oído.

Se debe recalcar, que sea cual sea la causa o medicación elegida, es esencial administrarla al pie de la letra, exactamente igual a como lo escribió el veterinario, es decir, siguiendo todas las indicaciones.

Cuando ocurre que la infección ataca el oído medio o interno, estas suelen responder bastante bien a los tratamientos farmacológicos compuestos de antibióticos orales, los cuales se administran durante un lapso considerado de tiempo para prevenir las recaídas, aquí suele acompañar un signo bastante incapacitante para los felinos, que es la ataxia, pero mejora al trascurrir el tratamiento.

Mientras que cuando la infección ataca la parte externa, es decir, no toca el tímpano, se procede a utilizar productos combinados como el tresaderm u otomax, claro está, todo ello debe ser aprobado por el veterinario que lleva el caso.

Puesto que los conductos auditivos de los felinos son relativamente mucho más cortos que el de los caninos, se puede eliminar la mayoría de los restos en los oídos, sin requerir el uso previo de limpiadores auditivos.

Aun así, es factible el uso de estos limpiadores para acelerar la mejoría del felino, se recomienda llevarla a cabo dos o cuatro días después de iniciar el tratamiento farmacológico y sobre todo el de los antiinflamatorios, cabe de resaltar que su frecuencia no suele ser tan agresiva como en los caninos. Entre los limpiadores de oídos más seguros se encuentran el vinagre blanco diluido y el agua.

Los fármacos que se administran por vía tópica, se emplean cuando el tímpano resulta afectado o perforado, es decir, se desconoce como tal las condiciones de dicha parte, en estos casos se recurre de nuevo a los fármacos combinados como la enrofloxacina, el fosfato sódico de dexametasona, y en las bacterias específicamente, la enrofloxacina y la dexametasona.

• Antibióticos: Usualmente los veterinarios prescriben estos medicamentos por una o cuatro semanas, aunado, los antibiótico tópico u oral se envían en función de si se ha esclarecido que la causa principal es una infección bacteriana. En el caso de presentar una otitis media o interna, se requiere de antibióticos sistémicos con el objeto de eliminar las bacterias dañinas.
• Medicamentos antifúngicos: Si el diagnostico arrojo como causa principal de la infección de oídos, la presencia de hongos, el procedimiento consiste en restablecer el equilibrio natural de la flora del oído. El lapso del administración de los medicamentos varias de acuerdo a la severidad de los casos, en los leves, la prescripción puede durar sólo un mes, mientras que en los avanzados será necesario un periodo de tiempo significativamente más largo.

• Medicación antiparasitaria: Aunque la incidencia no es tan alta, de igual forma se debe tomar en cuenta este tipo de origen de la infección, por lo tanto, la administración periódica de antiparasitarios puede ayudar a erradicar los parásitos dañinos, donde se incluye los famosos ácaros del oído o de la oreja. Casi no se prescriben de forma oral sino tópica para un mayor efecto y así, prevenir una amplia gama de infecciones por insectos y parásitos.
• Extracción quirúrgica: Esta opción se agota ya cuando el caso se considera extremadamente crónico, además de que surge la necesidad de eliminar el tejido y extraer los materiales infectados e inflamados en el oído, teniendo como resultado, la desaparición de la infección. Es muy poco los casos donde se necesite extirpar las partes del oído.

Limpieza auditiva

Las limpiezas auditivas son un arma de doble filo, porque figuran esenciales en cualquier intervención de una infección de oído pero, en el momento en que no se tenga especial cuidado con la limpieza, podría ocasionar daños serios en el organismo del felino.

Las que son innecesariamente enérgicas y aplican mas fuerza de la que se debería emplear en el proceso de limpiar los conductos auditivos infectados, puede desencadenar una otitis de media a interna ya que esto atacaría directamente el tímpano de los felinos.

De igual forma, si se utilizan los limpiadores de oídos inadecuados, podría causar una severa irritación en el oído medio e interno, además de acentuar los signos y síntomas de la infección ya padecida.

Todavía es más peligroso, si el tímpano se encuentra seriamente perjudicado pues cabe la posibilidad de que el líquido irritante traspase por este medio y penetre demasiado profundo.

Por ello, la mejor opción para ejecutar las limpiezas, es dejar que un profesional se encargue de todo, o que le enseñe al cuidador la forma correcta de llevarlas a cabo. Es importante mencionar que todo ello se debe realizar bajo los efectos de un placebo, sedantes o cualquier cosa que bloquee el dolor que la limpieza puede causar.

La limpieza como su nombre indica, se va a encargar de eliminar toda la cera que recubre el oído y eventualmente ayudará a eliminar los restos acumulados en los conductos auditivos debido a la interrupción del paso generado por la inflamación.

Medidas preventivas para mejor la higiene de las orejas felinas

Antes de poder caer en el error de propiciar el ambiente perfecto para dar a lugar una infección en los oídos de los felinos, es mejor tener en cuenta unas cuantas medidas preventivas, las cuales se expondrán a continuación.

Buena limpieza

Una buena limpieza como se ha estado insistiendo anteriormente, es fundamental en los felinos para facilitar la curación de su infección. Es mejor si se le pide al veterinario que proporcione las instrucciones correctas para llevarla a cabo.

Mientras lo que debe saber es que la delicadeza y la fuerza que ejerza son esenciales, ya que si la limpieza resulta excesiva, puede causar más daño que bien. Lo cierto es que mantener una buena higiene en los oídos, limpiándolos una o dos veces por semana podrá prevenir considerablemente el riesgo de padecer infecciones en el oído, como la otitis.

De igual forma, los gatos que atravesaron con éxito un tratamiento de la infección del oído, requieren de una limpieza periódica del oído ya sea por el veterinario o que se haga en casa. Dicha práctica de higiene se recomienda  realizarla cada siete o catorce días.

Todo ello con el fin de ayudar a reducir la acumulación de los residuos  auriculares y a disminuir el riesgo de reaparición de la otitis. Los limpiadores deben ser escogidos de acuerdo a las necesidades específicas que presente la infección, ya que no todos los limpiadores contienen las mismas propiedades, hay unos que son secantes, otros antisépticos y/o cerumenolíticas.

Al momento de llevar a cabo la limpieza, se debe tener sumo cuidado con los canales o conductos auditivos, puesto que los felinos poseen una estructura en forma de L, y para ejecutar una buena limpieza, los limpiadores quienes facilitan el desprendimiento de los residuos, deben alcanzar toda la zona sin comprometer lo demás.

La limpieza como tal se ejecuta en la parte exterior del canal auditivo y el interior del pabellón auditivo con una mota de algodón, está totalmente prohibido utilizar bastoncitos de algodón pues son los primeros en empujar los residuos de nuevo dentro del canal auditivo vertical.

Evitar que queden húmedos sus oído

Cuando se trata de otitis, los animales, no solo los felinos, que poseen por genética las orejas caídas son los más propensos a padecer de infecciones de oído, debido a que esas orejas caídas proporcionan una insuficiente circulación del aire dentro de los canales auditivos, lo que provoca en consecuencia, la acumulación de humedad.

Al momento de hacerse presente la humedad en un espacio lleno de bacterias y levaduras, propicia y crea las condiciones perfectas para que se desarrollen todos estos microorganismos de forma desenfrenada.

No solo ello, sino que los que son peludos, es normal que les crezcan mucho pelo dentro de las orejas, lo que le suma otro problema a los conductos auditivos.

Así pues, se debe evitar que después del baño, no se sequen, de igual forma, las orejas de los felinos y queden húmedas. Si se da el caso de vivir en un clima húmedo, se deben revisar constantemente las orejas pues esto califica como un potencial factor de riesgo.

Revisiones periódicas

Por último, tenemos la medida preventiva de las revisiones periódicas y esto claramente abarca tanto las revisiones personales de cada cuidador, donde chequeen las orejitas de los felinos en busca de cualquier anomalía, como las revisiones clínicas por parte de un veterinario.

El veterinario es un profesional capacitado para identificar cualquier percance que esté ocurriendo con el felino, independientemente de si tiene que ver con enfermedades del oído u otra. Por ello, si se cumplen con todas las visitas en el año, se reduce la probabilidad de que los felinos enfermen de forma crónica.